Cuando todo estaba preparado para iniciar las exequias de una recién nacida a la que habían dado por muerta, ocurrió un hecho insólito que dejó a sus familiares perplejos y al que califican como un milagro.
Una historia increíble tuvo lugar en la ciudad de Minga, en Guanzú, Alto Paraná, Paraguay, donde una menor nacida en el Hospital Regional Ciudad del Este, fue declarada muerta después de enfrentar un complicado embarazo. La madre de la niña tuvo que ser sometida urgentemente a una cesárea, pero desafortunadamente, la pediatra que atendió el parto declaró la muerte de la recién nacida.
Tras la triste noticia, se iniciaron los preparativos para el funeral. Sin embargo, media hora antes de su entierro, el cuerpo, que yacía en el féretro, comenzó a moverse inexplicablemente.
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Sus familiares, incrédulos ante lo que presenciaban, se acercaron al cuerpo y descubrieron que el corazón de la bebé volvía a latir.
“Llamé a mis familiares y la llevamos inmediatamente al Hospital Regional, donde comenzó a llorar al llegar. Los médicos nos dijeron que fue un milagro, pero lo grave es que estuvimos a punto de enterrarla viva”, declaró Ramón Medina, tío de la bebé.
Frente a la “muerte” de la niña, el director del Hospital Regional Ciudad del Este, Federico Schrodel, señaló que podría tratarse de un caso de catalepsia.
“La catalepsia es un estado patológico en el que el paciente no muestra signos vitales, presenta rigidez, lo que a menudo lleva a que se le considere muerto. Es un caso que se presenta entre millones de fallecidos”, explicó el director.
La madre y su pequeña se encuentran el momento recibiendo atención médica. Por otro lado, el caso será objeto de estudio por parte de la comunidad científica de Paraguay y del extranjero.
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