Luego de varios meses aplicando la cuarta dosis de vacuna contra el COVID, científicos de Israel presentaron un estudio comparativo de eficacia, el cual será importante para una reunión que realizará la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para decidir si utilizar o no la llamada segunda dosis de refuerzo.
El país del Medio Oriente hace parte del grupo de naciones que decidió aplicarla, al igual que Dinamarca, Reino Unido, Argentina y Chile, además de Colombia que lo aprobó para personas con enfermedades inmunodegenerativas. Q’HUBO le cuenta los detalles del estudio y el porqué de su importancia.
A tomar los resultados con calma
Q’HUBOcontactó al epidemiólogo Jaime Ordóñez, docente de la Universidad CES, quien dijo que ante estos resultados hay que tener prudencia, pues la FDA y la Organización Mundial de la Salud aún no han aprobado el uso de una cuarta dosis aunque la proyección es que haya un pronunciamiento, al menos de la FDA, después del 6 de abril.
“El objetivo es disminuir el riesgo de una nueva ola en otoño, pues al disminuir las temperaturas aumenta el riesgo de infección porque las personas se quedan más tiempo en sitios cerrados que usualmente están mal ventilados, precisamente para que no entre el frío.
Es muy probable que la FDA autorice ese segundo refuerzo”, asegura el experto, quien además dice que es una decisión muy difícil de tomar, ya que a ciencia cierta el mundo no tiene aún datos confiables de cuánto dura el efecto inmunizante de las vacunas, por lo que “al comenzar a aplicar la vacuna desde ahora, puede que para el otoño ya se haya perdido la eficacia de ese segundo refuerzo, pero si se aplica muy tarde, ya no beneficiaría a tantos individuos”.
Usar las vacunas con inteligencia
Por otra parte, Q’HUBO le preguntó al doctor Jaime sobre la situación de China, que precisamente lleva dos semanas como foco de contagios con cifras superiores a 2020 y 2021.
En su concepto, se ha probado que la eficiencia de Sinovac es inferior a la de vacunas como Moderna y Pfizer, por lo que considera que usar esta vacuna como refuerzo no sería beneficioso:
“En Colombia, la tasa de mortalidad por COVID-19 entre los vacunados con Sinovac es de 12,5 por cada 10.000 vacunados, la de AstraZeneca es de 3,29 por cada 10.000 vacunados y la de Pfizer es de 1,54 por cada 10.000 vacunados, y eso que Pfizer fue la vacuna utilizada en el personal de salud que es la población con mayor nivel de exposición virus”, dice el experto, quien además sugiere que Colombia revise el uso de la cuarta dosis, que está destinada solo a personas con problemas de salud en su sistema inmune.
“En otras partes del mundo a estos pacientes se les aplica anticuerpos monoclonales preexposición, es decir, como ellos no pueden desarrollar anticuerpos, se les aplican directamente para protegerlos”, explica.
Aplicación necesaria
La variante Ómicron y su facilidad de contagio llevó a que países como Israel optaran por aplicar una cuarta dosis para reducir aún más el riesgo de contagio. Meses atrás habían hecho un ensayo con cerca de 200 personas y Regev-Yochay, director del departamento de inmunización de Israel, explicó que “las vacunas (de Moderna y Pfizer) llevaron a un aumento en la cantidad de anticuerpos, incluso un poco más alto que el que teníamos después de la tercera dosis”.
Después de esto decretaron la cuarta dosis general para mayores de 60 años y tomaron a un grupo de 563.465 pacientes para hacer un comparativo.
