Un expolicía es señalado de haber acabado con la vida de dos jóvenes en Ciudad Bolívar.
Dicen que la justicia tarda pero llega, o al menos en algunos casos. Recientemente se conoció que un expolicía fue hallado culpable por los homicidios de Dilan Santiago (17 años) y de Fernando León Riaño (29 años), ocurridos en julio de 2021 en Ciudad Bolívar.
Q’HUBO se contacto con familiares de las dos víctimas fatales para conocer los detalles de este crimen que segó la vida de sus seres queridos.
El asesinato
Cerca de cumplirse dos años de este terrible suceso que destrozó a estas dos familias, Damaris, madre de Santiago, le relató a Q’HUBO lo que sucedió ese día en el billar ubicado en la Transversal 55 con Calle 68 F Sur, en el barrio Candelaria La Nueva.
“Los chicos que sobrevivieron, Darío que fue lesionado y el otro muchacho que salió ileso, nos contaron que ellos estaban en el billar jugando bolirrana. En otra mesa estaban más o menos 5 personas, y a eso de las 8 de la noche ya el señor estaba bastante tomado y empezaron con un roce de palabras y de miradas, uno de los chicos que estaba con mi hijo le dijo que cada quien en su mesa, para que no fueran a haber problemas”, señaló Damaris.
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Entrada la madrugada, cuando Fernando, Santiago, Darío y Jorge iban de salida, se percataron que no tenían todo el dinero para pagar la cuenta, lo que los obligó a llegar a un acuerdo con el administrador del lugar.
“Tuvieron un inconveniente con la cuenta, porque les faltaba como 38 mil pesos, pero como ellos ya habían ido allá, entonces le dejaron un celular a modo de pago, mientras que al otro día le llevaban el dinero”, relató la mamá de Santiago.
En el momento que los jóvenes estaban cerrando el compromiso con el administrador del lugar, el expolicía, que fue identificado como Jany Marcelo Gómez (41 años), se levantó de su mesa y comenzó a armarles problema.
“El señor empezó a decirles que si eso era un empeñadero, en ese momento hubo un cruce de palabras y el sujeto empezó a tratarlos mal. Ellos son muchachos que también estaban alicorados, entonces Darío se devolvió a decirle que no se metiera, pues él no tenía nada que ver con la situación, en ese momento el tipo lo trató mal y le pegó un puño”, añadió en el testimonio la mujer.
Tras haberle propinado el policía el golpe a Darío, el menor (Santiago), intentando defender a su amigo, le lanzó la botella que tenía en sus manos. El expolicía enardecido sacó un arma de fuego y de manera infame les empezó a disparar.
“Eso sucedió a eso de la 1:30 de la madrugada de ese 11 de julio. Mi hijo falleció en el lugar, lo llevaron al centro de salud, pero llegó sin signos vitales, en cuanto a Fernando recibió un disparo en el cuello que le dañó la médula, él quedó cuadrapléjico y a los 10 días falleció debido a complicaciones a raíz del disparo. Darío recibió seis impactos, tres en el brazo, otros en otras partes del cuerpo, un proyectil le dañó un pulmón y le afectó uno de sus riñones, por lo que tuvo bastantes complicaciones y estuvo grave, pero gracias a Dios él se salvó; y Jorge salió ileso, fue el que me avisó a mi y a las otras familias”.
Cuenta Damaris que los que acompañaban en ese momento al expolicía lo empezaron a detener para que dejara de disparar y posteriormente este salió del lugar con rumbo a su casa.
“La comunidad avisó que el señor había corrido ensangrentado y la policía logró llegar hasta su apartamento, en donde él aceptó que había disparado contra los muchachos, pero que no iban a encontrar el arma. El señor ya se había cambiado de ropa, se había limpiado un poco la sangre. Lo capturaron, pero luego le señor dijo que los policías entraron a la fuerza a su domicilio, entonces por mal procedimiento en la captura el 14 de julio lo dejaron en libertad”, dijo Damaris.
Finalmente, el pasado 30 de mayo se emitió sentido de fallo condenatorio en contra de Jany Marcelo por homicidio homogéneo, tentativa de homicidio y porte ilegal de armas de fuego. El próximo 13 de junio se le dictará condena.
“Estamos hablando de una condena que puede estar por encima de los 30 años, teniendo en cuenta los delitos por los que se le condena y el agravante que una de las víctimas era un menor de edad. El temor de las familias es que el sujeto se vuelva un prófugo de la justicia”, contó el abogado penalista Juan Carlos Rodríguez.
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Por su parte, Jéssica, esposa de Fernando, contó que en el momento de los hechos ella se encontraba en embarazo de su segundo hijo.
“Nosotros teníamos un emprendimiento de calcomanías, teníamos varios sueños juntos. En ese momento nuestra tenía 11 añitos y yo estaba en embarazo”, dijo Jéssica.
La fundación Tripido, creada en memoria del grafitero Diego Felipe Becerra, que fue asesinado en el 2011 fue la que se encargó del caso.
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