Según las autoridades, cualquier persona que se encuentre en el territorio nacional, sea colombiano o extranjero, puede ser víctima de secuestro.
De hecho, recientemente conocimos el caso de un joven que duró 21 días secuestrado en Coper (Boyacá). Por su vida, los delincuentes exigían hasta mil millones de pesos. Por fortuna, el Gaula del Ejército logró dar con su paradero y ya se encuentra a salvo.
Q’HUBO consultó el Manual Interinstitucional de Atención para el Delito de Secuestro, con el fin de brindarle algunas recomendaciones en caso de que, Dios no lo quiera, algún familiar sea secuestrado. Esté atento, pues más vale prevenir que lamentar.
QUÉ DEBO HACER
SI
Lo primero que debe hacer es denunciar el hecho lo más pronto posible ante la Fiscalía, el Gaula de la Policía Nacional (165) o el Gaula de las fuerzas militares (147).
También puede acudir a las personerías municipales, inspecciones, comisarías o cualquier autoridad.
NO
En la mayoría de los casos los delincuentes advierten de no dar aviso a las autoridades y lo hacen con palabras intimidatorias, pero no se deje amedrentar ni les dé ninguna información personal; lo mejor es informar ante los organismos competentes de inmediato.
Recuerde, además, que el pago por la liberación (en caso de que esa sea la exigencia) puede originar investigaciones por financiación del terrorismo.
La mejor alternativa es denunciar y atender los requerimientos de la autoridad judicial.
¿Qué hacer si recibo una llamada del secuestrador?
Siempre conteste la llamada.
Mantenga la mayor calma posible.
Constate la veracidad de la información, que sea cierto que tienen a su familiar y que esté bien.
Informe de inmediato a las autoridades competentes.
Tenga en cuenta la hora en la que recibe la llamada y, de ser posible, el número de telefónico de donde lo contactan más el nombre de quien lo está llamando.
Escuche atentamente lo que dicen, identifique posibles acentos, muletillas, características de las voces (fuerte o suave), si es la voz de una persona joven o madura, o si es hombre o mujer.
No se comprometa a nada en lo que se refiere a las exigencias que le solicitan (por ejemplo, dinero).
No suministre información familiar, personal ni financiera.
Hay que programar a los supuestos captores para que la próxima llamada sea cuando la familia ya haya informado a las autoridades.
Esto lo puede hacer explicándoles a los pillos que usted en ese momento se encuentra solo, que no está en capacidad de tomar esas decisiones y que necesita consultarlo con alguien.
Esto para dar un poco más de tiempo a la identificación de quienes realizan la llamada.
Tipos de secuestro
Primero que todo cabe resaltar que, según las autoridades, un secuestro se define como el acto de arrebatar, sustraer, retener u ocultar a una persona con un propósito. De allí se desprenden varios tipos de secuestro, como por ejemplo:
Con fines de extorsión:
Cuando se exige por su libertad un provecho económico o cualquier otra utilidad, o para que se haga u omita algo; o con fines publicitarios o de carácter político. Este es el más común.
Con fines de explotación sexual
Que puede incluir el contrabando posterior de las mujeres y niños o niñas a través de las fronteras nacionales.
Entre grupos delictivos:
Con el fin de cobrar deudas u obtener ventajas en un mercado delictivo particular o con fines de intimidación.
El simulado o fraudulento:
Cuando la “víctima” actúa conjuntamente con otros o sola para obtener algún beneficio material o de otro tipo.
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