Cinco años y medio han transcurrido desde aquel 4 de diciembre de 2016, cuando una camioneta Nissan X-Trail de placas DBO-960, conducida por Rafael Uribe Noguera, llegó hasta el humilde barrio Bosque Calderón (ubicado en la parte alta de Chapinero) y raptó a la pequeña Yuliana Samboní, de tan solo 7 añitos.
Uribe Noguera, quien en ese entonces era un reconocido arquitecto, se llevó a la niña en el vehículo de color gris hasta el edificio EQ66, ubicado en la carrera 4A con Calle 66, y allí violó y asesinó a la menor ese domingo.
Horas después, el cuerpo de la menor fue hallado por las autoridades escondido en el jacuzzi del apartamento de Rafael, desnudo y marcado por los vejámenes que cometió este desalmado sujeto.
En el momento en que las autoridades comenzaron a reconstruir lo ocurrido, llegaron a la camioneta -que era de propiedad de la cuñada del feminicida- y allí encontraron no solo rastros de la niña, sino un zapatico blanco. Por esta razón, este vehículo fue embargado.
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En marzo del año pasado, Laura Arboleda Wartenberg (cuñada de Rafael y esposa de Francisco Uribe Noguera), solicitó a través de su abogado el levantamiento del embargo de esta camioneta, ya que la medida cautelar fue ordenada por el juez 79 el día en que fue capturado Rafael Uribe Noguera.
En su momento, cuando se destapó que en esta camioneta había sido raptada la menor, Francisco Uribe (hermano del feminicida) aseguró que este vehículo era de Rafael, que se lo había comprado pero que seguía figurando como propietaria su esposa Laura porque nunca realizaron el traspaso.
En agosto del año pasado, una fiscal dijo que había remitido un comunicado a la Defensoría del Pueblo para que le asignaran un abogado defensor a la familia Samboní en el proceso de devolución del vehículo, pero la respuesta fue un representante para la señora Laura.
Posterior a esto, Rafael Uribe envió una carta desde la cárcel de máxima seguridad de Valledupar, en donde permanece desde 2017, aseguró que no tiene ningún interés en asistir al trámite preliminar de la entrega de la camioneta en la que raptó a la niña.
No obstante, debido a que nunca se le notificó de este trámite a la familia de la víctima, no se continuó con la devolución de la camioneta, por lo que la señora Laura deberá continuar con su solicitud.
Hasta el momento no se ha visto evolución en el trámite de devolución del carro, pero lo más doloroso de este hecho es que los padres de Yuliana Samboní nunca fueron reparados por la violación y el feminicidio de su hija.
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