¿Alguna vez se ha puesto a pensar si la humanidad hace parte de un sistema que es manejado por una raza superior, o tal vez que hacemos parte de un programa computacional y todo lo que hacemos es controlado por un tercero? Pues entonces la hipótesis de la simulación le va a interesar.
El científico que más mente le ha botado a esta teoría es Nick Bostrom, un filósofo sueco de la Universidad de Oxford que en 2003 planteó la probabilidad de estar viviendo en una simulación computacional creada por una raza superior, y que nuestro mundo tan solo haría parte de uno de los múltiples universos creados por ellos.
“El número de realidades simuladas excedería en gran medida la realidad base, indicando ostensiblemente una alta probabilidad de que no vivamos en dicha realidad base”, explica Bostrom, quien actualmente es asesor de la ONU y consultor de Elon Musk, el genio detrás de Space X y los vehículos Tesla.
De hecho, esta teoría es completamente creíble para el multimillonario sudafricano de la tecnología, quien considera que las probabilidades de que no seamos simulados son de “una en miles de millones”.
Pero Musk no es el único que contempla la viabilidad de esta hipótesis. David Kipping, astrónomo de la Universidad de Columbia, explica que si la humanidad es capaz de crear realidades virtuales, como videojuegos y robots guiados por la Inteligencia Artificial, ¿por qué no contemplar la opción de que otra mente aún más inteligente haya hecho lo mismo con nosotros?
“Si comenzamos a crear simulaciones convincentes, las probabilidades pasarán del 50% hasta casi la certeza de que no somos reales”, afirma Kipping.
¿Qué va a pasar con la humanidad en el futuro?
Suponiendo que esta teoría fuera real, Bostrom considera que nuestros descendientes podrán disponer en un futuro de un inmenso poder tecnológico, capaz de crear simulaciones de sus antepasados; es decir, podrían devolvernos a la vida a través de ese basto universo computacional.
No obstante, también se plantea un futuro bastante catastrófico si no se encuentra una fórmula que controle la Inteligencia Artificial que nosotros mismos creamos, la cual podría llegar a destruir a toda la humanidad.
Creo que nos enfrentaremos a un nuevo tipo de preocupación y es que la Inteligencia Artificial por sí misma es demasiado poderosa y podría existir un agente artificial cuyos objetivos no están perfectamente alineados con los objetivos humanos.
El reto es diseñar una tecnología que nos permita diseñar esos sistemas artificiales tan poderosos que estén alineados con los valores humanos y realicen aquello que nosotros queremos que hagan”, explicó Bostrom.
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