La noche del sábado transcurría normalmente para un grupo de tres amigos que se encontraban departiendo en una tienda del barrio Yomasa en la localidad de Usme. Mientras disfrutaban del partido Junior vs Millonarios bromeaban entre sí y el ambiente era de jovialidad y camaradería. Una vez finalizado el partido decidieron quedarse un rato más en el establecimiento comercial y fue entonces cuando la tragedia tocó a la puerta de Mauricio Rojas Beltrán de 56 años.
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¿Qué sucedió?
Pasadas las 11 de la noche en la tienda se encontraba el señor Rojas en compañía de sus dos amigos y la administradora del local ubicado en la Calle 81 bis sur con Carrera 9. Estaban próximos a cerrar. Hacia las 11:25 de la noche, dos sujetos en evidente estado de exaltación entraron al local exigiendo servicio, querían licor a como diera lugar. La tendera se negó a venderles el trago por la grosería y la violencia con la que los hombres entraron a exigir el servicio y fue en ese momento cuando los sujetos entraron en cólera y empezaron a insultar a la mujer.
Ella se mantuvo firme y ante la exigencia que les hizo para que abandonaran el establecimiento, los hombres reaccionaron degradando su condición de mujer y la empezaron a insultar de mil maneras. De una de las mesas se levantó Mauricio a exigir respeto por la mujer a lo que los sujetos respondieron, esta vez, con amenazas.
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Tras una breve discusión, la situación pasó de los agravios a las vías de hecho y uno de los hampones, aprovechando la condición de discapacidad que Mauricio tenía (usaba bastón debido a un problema que tenía en una de sus rodillas y hacía poco lo habían operado), se le abalanzaron encima y le propinaron una terrible herida con arma blanca a centímetros de su ojo izquierdo. Mauricio cayó herido de muerte y el psicópata que le causó la herida, no contento, le propinó otra mortal puñalada en el pecho y, según testigos, varias más en la espalda: “cuando el tipo se le fue encima a Mauricio lo agarró a mansalva y le dio varias puñaladas en la espalda. Un amigo con los que estaba compartiendo mesa salió en su defensa y se le fue encima al agresor, y también le dio una puñalada en el hombro”, le contó ayer a Q’HUBO un testigo del hecho.
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El amigo logró que Mauricio se zafara del asesino, y este, ávido de sangre, se fue, cuchillo en mano, contra la mujer. Con una silla lograron defenderla y ante el escándalo y la presencia de más personas, los dos sanguinarios cuchilleros huyeron del sitio.
Los policías llegaron enseguida y trasladaron al herido al Cami de Santa Librada donde a pesar de los esfuerzos de los facultativos por salvarle la vida, Mauricio lamentablemente falleció. Por su parte, los asesinos fueron capturados y tras la denuncia interpuesta se espera celeridad en el proceso de su judicialización.
Un gran miembro de familia
A Mauricio se le recordará por ser un hombre honesto, trabajador y entregado a su familia. Trabajaba en el sector administrativo de TransMilenio y compartía su hogar junto a un gato con el que se acompañaban la vida. La luz de sus ojos era su hijo al que sacó adelante solo gracias a su trabajo.
“No tengo palabras para describir la angustia y la rabia que siento por la muerte de una persona que no se metía con nadie y que solo por exigir que se respetara una mujer terminó muerto de una manera tan infame y dolorosa. Solo espero que los que hicieron esto la paguen caro porque destruyeron una familia y se llevaron a una persona justa y trabajadora que solo estaba interesado en ver bien a los suyos”, concluyó con un nudo en la garganta un amigo de Mauricio Rojas Beltrán.
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