Sentada en las escaleras que permanecen en obra gris, con las rodillas y la cara con manchas de sangre, el rostro bañado en lágrimas y una profunda tristeza que se asomaba en medio de sus ojos negros, permanecía Adriana la tarde de ayer a pocos metros del lugar en donde había sido baleado su esposo horas antes.
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La sangre fresca que invadía el pasillo, las escaleras y el andén de la vivienda en donde pagaba arriendo Adriana y su esposo, José Luis Ravelo Pérez, y que era observada por la mujer sobre las 2 de la tarde, fue lo que quedó del atroz ataque a bala que se perpetró cuatro horas antes en ese lugar.
“Me lo mataron, me lo mataron y ahora yo qué voy hacer. Tengo miedo, no sé a dónde ir, no sé qué va a ser de mi aquí”, repetía ayer una y otra vez en medio del llanto Adriana a alguien con el que hablaba por celular.
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A José Luis le propinaron cinco disparos en la cabeza, cara, cuello y pecho. Su homicida es un reconocido bandido, conocido como alias ‘El Tuerto’, según informaron algunos testigos del crimen y quienes aseguraron que este mismo hombre, semanas atrás, ya había amenazado de muerte al hombre de 31 años.
Q’HUBO pudo conocer por parte de las autoridades que hasta el momento no han ubicado al homicida, pero los videos de las cámaras de seguridad ya están en poder de los investigadores y se espera que estos puedan ayudar a ubicarlo más pronto que tarde.
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Baleado en su casa
José Luis y su esposa habían llegado a vivir a una humilde vivienda en el sector de Patio Bonito (en Kennedy) un mes atrás, intentando huirle a un despiadado sujeto que ya había amenazado de muerte al hombre de 31 años.
Mi esposo trabajaba manejando bicitaxi en Bosa, en el sector de Brasilia, desde hace cuatro años que llegamos de Venezuela a vivir aquí, buscando una mejor calidad de vida. Hace meses él tuvo un problema con un tipo muy peligroso y este es quien lo amenaza de muerte”, le dijo ayer a Q’HUBO Adriana.
A las 10 de la mañana de ayer, José Luis permanecía en su casa con su esposa, cuando escuchó que tocaron la puerta principal y salió, pensando que había llegado un amigo a buscarlo. Abrió la puerta principal confiado y al otro lado estaba un sujeto de tez morena, en una bicicleta, y empuñando un arma de fuego mientras le apuntaba en la cabeza.
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Cinco tiros retumbaron en la calle 5 A con carrera 87 I, y fueron escuchados no solo por la comunidad, sino también por Adriana, quien sintió que su corazón se partía en pedazos con cada balazo, pues sabía que el ataque iba para el amor de su vida.
Como pudo, la mujer corrió escaleras abajo al mismo tiempo que gritaba el nombre de su amado. Apenas llegó a la mitad de la escalera se encontró con la escabrosa escena: José Luis agonizaba en el suelo, en la entrada de su casa. De inmediato los gritos de la mujer acapararon la atención de los residentes y entre varios llamaron a la policía.
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Rápidamente, una patrulla arribó al lugar de los hechos y trasladó al bicitaxista a la Clínica de Occidente porque todavía tenía signos vitales. No obstante, en el camino él perdió la vida en los brazos de su esposa.
“Se murió en mis brazos. Yo sentí cuando se me fue. Le dispararon muchas veces y yo escuché los tiros. Él trabajaba por sus tres hijos y por mí. Ahora yo qué voy hacer”, le dijo entre sollozos Adriana a Q’HUBO.
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