Las llaves tintineaban en su mano a medida que subía los escalones hacia la oficina y casa de su sobrino Gustavo Bustamente. La tarde empalmaba como muchas otras con su ferviente rayo crepuscular bañando las casas del barrio Techo, en Kennedy.

Llegó al tercer piso, se dirigió hacia la puerta y el tintineo de las llaves volvió a escucharse, pero esta vez en el suelo. El señor se había topado con una imagen que nunca quiso ver.

Su sobrino, un abogado de 48 años muy querido en el barrio, se hallaba bocabajo en la sala de su apartamento. La sangre de Gustavo trazaba los últimos y angustiosos segundos en que vivió el señor.

Por todo el apartamento había un verdadero desorden, como si un huracán hubiese arrasado con todo allí dentro (Carrera 78B con Calle 39 Sur).

Pero no fue ningún desastre de la naturaleza, sino las manos insolentes de un ser humano capaz de meterse a la fuerza a la casa de este abogado, con fines aún inconclusos, y que lo asesinó a sangre fría, arrebatándole al barrio uno de sus más queridos moradores.

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Un sujeto entró de madrugada…

Muchas especulaciones se abrieron para explicar este crimen. Q’HUBO conversó con una allegada de Gustavo y nos contó sobre lo que, se cree, sucedió dentro del apartamento del último piso del edificio, en cuya ventana una pancarta blanca anuncia ‘Bustamante Abogados’.

“El tío que lo encontró no lo veía desde el lunes, porque no había tenido la oportunidad de ir. Gustavo nunca estuvo desaparecido como dijeron otros medios. El tío es dueño de todo el edificio en el que él vivía. El mismo Gustavo le había dicho a su familiar que pasara a su oficina y llegó sobre las 4 de la tarde del jueves, cuando lo encontró muerto”, relató una allegada del abogado.

De acuerdo con lo que pudimos recopilar, el asesinato tuvo que perpetrarse sobre la 1 de la madrugada del jueves. Las cámaras de seguridad habrían registrado a un sujeto entrando al edificio de Gustavo.

Duró cerca de media hora allí adentro, cuando se le ve salir nuevamente. “Nos dicen que probablemente fue un hurto, ya que el apartamento de Gustavo estaba enteramente desordenado con arbitrariedad”, añadió.

De Gustavo dicen que era un hombre honrado, trabajador y soñador. “Dos semanas antes se había graduado de una especialización en Derecho Administrativo. Tenía una pequeña hija y vivía solo en su apartamento.

Quisiéramos que se diga la verdad y haya justicia en ese caso, que no quede impune”, cerró la allegada lamentando lo sucedido.

Una imagen que los vecinos no borran de su mente es que cada tarde Gustavo visitaba a su hija, quien vive cerca de donde fue encontrado sin vida. Ahora su pequeña no lo volverá a ver. ¡Exigen justicia!

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