La vida del comerciante Reinel Alirio Silva Casas (61 años) se apagó a tempranas horas de ayer cuando se encontraba bajando unas escaleras de un local comercial en Corabastos (Kennedy). La tragedia generó gran conmoción entre los ciudadanos que se encontraban en ese momento en el lugar y que vieron cómo con el pasar de las horas la policía, ambulancia y los del CTI llegaron al lugar para atender la emergencia.
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En un primer momento la comunidad se preguntaba sobre lo sucedido, mientras que las autoridades fueron adelantando las labores de inspección. “El señor se encontraba bajando las escaleras, perdió el equilibrio y cayó. Cuentan que murió en el lugar”, señaló ayer un comerciante.
¿Qué le pasó a Reinel?
Eran las 6:10 de la mañana de ayer cuando las autoridades fueron alertadas que un hombre había caído de las escaleras del local Café Royal, ubicado en la bodega 30. Inmediatamente, los uniformados que estaban realizando las labores de patrullaje se dirigieron a corroborar la situación y al llegar allí se encontraron con Reinel tendido sobre el suelo; además de una multitud de personas a su alrededor.
“El ciudadano estaba vestido con chaqueta azul, un jean, tenía un golpe en la cabeza y tenía sangre. Se verificó los signos vitales y se solicitó una ambulancia”, señaló un oficial.
Cuando llegaron los paramédicos a brindarle los primeros auxilios declararon que Silva Casas ya había partido de este mundo.
Según contaron varias personas en el lugar, Reinel se encontraba departiendo unos tragos con varios amigos, pero como una jugada trágica del destino sus horas estaban contadas, pues cuando bajó por las escaleras ocurrió la tragedia que terminó segando su vida.
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“Lo que se dice es que el señor estaba tomando y al momento que bajó las escaleras, quizás por los tragos, perdió el equilibrio y el peso de la cabeza le ganó y se fue de frente. Lastimosamente falleció en este punto y al parecer era comprador aquí en Corabastos”, puntualizó un vigilante de la zona.
Tras el lamentable episodio, la comunidad quedó desconcertada. La noticia corrió como agua de río por cada una de las bodegas y a cualquiera que se le preguntaba ayer guardaba algo de silencio y con tristeza hablaban de lo que a sus oídos había llegado; algunos incluso se atrevieron a expresar que para morir lo único que se necesita es estar vivo, y nada más cierto que eso.
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