La noche del pasado 16 de abril, luego de entregar su turno de trabajo como conductor de un camión, Gabriel Jesús Guanipa Delgado se dirigía a su casa. Ese día se encontró con un amigo en una tienda cercana, hablaron un rato, se despidió apurado porque al otro día trabajaba y siguió camino de su hogar en Engativá. Eran las 10 de la noche. Fue la última vez que supieron de él.
Tras llamarlo e intentar ubicarlo sin obtener respuesta y como no acostumbraba a perderse sin avisar, sus familiares intuyeron que algo sucedía y empezaron a pegar carteles por la localidad de Engativá solicitando cualquier información importante para dar con su paradero.
Triste hallazgo…
Pero a las 8 de la mañana de ayer, mientras el personal de limpieza del Acueducto realizaba labores matutinas de aseo en el caño del humedal Jaboque, a la altura de la Transversal 105 con Calle 69, en el barrio San Basilio, se percataron de que en la reja que frena las basuras que pasan por el lugar se encontraba un cuerpo sin vida. Acto seguido, avisaron a las autoridades: los Bomberos sacaron el cuerpo del agua y posteriormente el CTI se encargó de la identificación del cadáver.
Se trataba de Gabriel Jesús Guanipa Delgado, venezolano de 21 años, y quien vivía acá desde hacía un año. Las autoridades conocían el cartel que sus familiares pegaron en la localidad, llamaron al número de su padre y le dieron la noticia que jamás esperó escuchar. Rápidamente, acudió al reconocimiento del occiso junto a un familiar y fue este último el que hizo el reconocimiento del cuerpo.
Sueños truncados
Gabriel era músico. Pasaba sus días tocando bajo y esperando poder tener el dinero suficiente para comprar un carro y devolverse a su país.
Vino a Colombia con la ilusión de un trabajo y un ahorro para poder regresar al estado de Falcon, de donde era oriundo, y a donde anhelaba regresar pronto para reencontrarse con su familia y sus amigos que le insistían en regresar porque la situación en Venezuela, le decían, estaba mejorando. De hecho, la familia planeaba regresar a mitad de año.
Su padre lo recordó ayer, en diálogo con Q’HUBO, como un muchacho honrado, responsable, trabajador incansable y preocupado por el bienestar de su familia.
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Agrega que su hijo salía poco y que no daba de qué hablar ni en su trabajo ni en el barrio (San Basilio), razones que confunden aún más a sus allegados y familiares que solo esperan que la muerte de su ser querido no quede en la impunidad.
Justicia para Gabriel
Por las circunstancias en que fue encontrado el cuerpo no se tienen mayores indicios de qué pudo suceder. Su familia insiste en que en el sector donde fue hallado y en el que lo vieron por última vez, hay varias cámaras de seguridad que seguramente arrojarán datos importantes en la investigación que ahora adelantan las autoridades. Se sabe, además, que su celular fue hurtado el día de su desaparición porque a los pocos días la familia logró rastrear el aparato. El cuerpo, que fue hallado 5 días después de su desaparición, presentaba heridas propinadas con arma blanca.
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