La noche de este lunes, la tranquilidad del barrio San Francisco (Ciudad Bolívar) fue alterada cuando en la esquina de la Carrera 20A sur con Calle 64, a las 9:30 de la noche y en medio de uno de los tantos aguaceros que han caído por estos días en la capital, se escuchó un disparo que acabó con la vida de Jesús Alfredo Ríos, de 45 años.
El sicario, que al parecer se movilizaba en una motocicleta, aprovechó la lluvia y la poca circulación de gente a esa hora de la noche, apuntó directamente a la cabeza y, sin mediar palabra, disparó su arma.
Vivió siempre en Ciudad Bolívar…
Según sus allegados, Jesús Alfredo era una persona muy querida en el barrio, pasó gran parte de su vida en San Francisco y era un hombre siempre presto a brindar su ayuda a los vecinos y comerciantes del sector. En la plaza de mercado aledaña a su vivienda hoy lloran su partida y claman justicia por el asesinato de un amigo de toda la vida y un colaborador constante en las labores de la plaza.
Trabajaba, además, como maestro de obra y otras labores informales. Sus compañeros de trabajo aseguran que era una persona muy tranquila, sin vicios ni problemas, no se metía con nadie y no tenía enemigos, razón por la cual les parece extraño la forma en la que un sicario suspendió su vida sin una causa lógica.
Resaltaron su sentido de la justicia y su capacidad para mediar en los conflictos. “A él no le gustaba que se metieran con nadie, era el ser más bondadoso que he conocido”, recuerda entre abrazos con sus allegados una gran amiga de Jesús Alfredo, quien lo consideraba como a un hermano.
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“Yo anoche llegué de trabajar y encontré a mi tío ahí tirado en el piso. No sé nada más”, aseguró a este periódico la sobrina del señor Ríos, con quien vivía junto a su hermana en una casa ubicada a una cuadra de la escena del crimen.
“Empezar de cero es lo único que nos queda”, dijeron entre sollozos sus amigos que, frente a la casa en donde pasó los últimos años de su vida y en donde compartieron tantos momentos, hoy acompañan a la familia, a la vez que claman justicia y una investigación rápida por parte de las autoridades.
Los móviles del asesinato aún se desconocen. Al respecto, el teniente coronel Rubén Darío Gaitán Melo aseguró que “hay un proceso de investigación donde se están recolectando videos, que se están dejando a disposición de la Fiscalía General de la Nación para que se tomen las mejores decisiones en materia de investigación”.
La delincuencia común, el sicariato, e incluso actos de terrorismo tienen azotada a la localidad 19 de Bogotá.
Ciudad Bolívar hoy representa uno de los mayores retos en materia de seguridad tanto para la Policía Metropolitana de Bogotá como para las autoridades nacionales, que ven cómo los esfuerzos en materia de seguridad y convivencia que se han empeñado en ejercer en la localidad no alcanzan para ponerle un tatequieto a la delincuencia que tiene a los ciudadanos temerosos de salir de sus casas una vez cae el sol.
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