En el caluroso mediodía del lunes varios coteros, comerciantes y conductores de Corabastos llegaron, como de costumbre, a la cancha de bolirrana Caliche, ubicada en la calle 40 sur con carrera 81K, justo frente a la entrada 6 de la central mayorista de frutas, verduras y abarrotes más grande del país.

Riña en Corabastos:
Parecía un día más entre personas que se la rebuscan y que, al final del día, se reúnen a tomarse unas frías en los bares que hay en el barrio El Amparo, en la localidad de Kennedy; pero justo a las 11:30 la mañana la tranquilidad se rompió por cuenta de un acto de intolerancia entre dos personas que, quizá, nunca en la vida se habían visto, pues según los relatos, todo se dio en un abrir y cerrar de ojos.
“Resultaron ser dos personas, de más o menos 30 a 35 años. Dicen que el que murió tuvo un altercado con el otro, se cruzaron unas palabras y en la calentura uno retó a la otra persona a pelear y hasta hubo amenaza de muerte, ahí fue cuando el agresor sacó un cuchillo y lo apuñaló en varias ocasiones”, le manifestó a Q’HUBO una fuente que conoció los detalles del caso.
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Ante el hecho de intolerancia, los testigos del lugar prontamente llamaron a las autoridades, quienes hicieron presencia en poco tiempo y lograron capturar al agresor, identificado como E. A. Nunez Estaba, oriundo de Venezuela.
“Para sorpresa de todos el muchacho todavía se encontraba con vida, entonces los uniformados lo montaron en la patrulla y se lo llevaron al Cami de Patio Bonito, pero dicen que una hora después el muchacho perdió la vida”, dijo el testigo.
Al cierre de esta edición, las autoridades no habían logrado dar con la identidad de la víctima, pues tras la agresión y, posteriormente, en el centro médico no se encontraron sus documentos. Lo único cierto es que la víctima no pudo escapar de la muerte, luego de que Núñez le clavara un puñal a la altura del cuello y otra en el pecho.
Ni la víctima ni el agresor registraban antecedentes ante las autoridades, por lo que se descarta que el ataque se hubiera tratado de un ajuste de cuentas. Ahora el extranjero deberá responder ante la justicia por un momento de intolerancia y calentura lejos de su tierra y sus seres queridos, mientras que una familia tendrá que llorar la partida de alguien que se ganaba la vida honestamente.
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