Mientras John Loaiza departía y celebraba la llegada de la Navidad con los vecinos del barrio El Socorro (Kennedy), un sujeto acabó con su vida tras agredirlo con arma blanca. Le contamos los detalles.
“Aquí es usual que siempre se cierre la cuadra y alguno de los vecinos saca el parlante y se arma la fiesta durante esta época. A las 6 de la mañana que yo me fui, no había ocurrido nada”, le confirmó a Q’HUBO uno de los residentes del barrio El Socorro (Kennedy), quien estaba justo en el momento que un sujeto la emprendió a puñal contra un hombre de 36 años el pasado 25 de diciembre, frente a la mirada atónita de la comunidad que a esa hora seguía amanecida en medio de los tragos y la música. La celebración se suspendió por completo por culpa de este hecho violento que tiñó de sangre las calles del barrio.
¡Azotaron baldosa!
Ayer varios de los residentes y transeúntes que cruzaban por la Carrera 77T con Calle 49 sur no dejaban de mirar el pequeño altar que se le hicieron al lado del poste y donde a pocos metros cayó herido el hombre, identificado por las autoridades como John Loaiza.
La escena era desconcertante, porque el ambiente sepulcral se camuflaba con los gritos de varios niños, pero no fue suficiente para aliviar la carga mental que produjo presenciar semejante hecho.
Todos recordaban algo relacionado sobre lo ocurrido cada vez que pasaban por este callejón, el cual vio por última vez con vida a John en medio de la parranda que se extendió hasta más allá del mediodía de este lunes, momento en que el agresor, quien había llegado a la fiesta minutos previos, lo atacó sin pronunciar una sílaba y le propinó varias heridas en su espalda y el cuello, la cual fue mortal, porque a pesar que a John lo trasladaron en un vehículo particular hasta el Hospital de Kennedy, los galenos no pudieron hacer nada para salvar su vida.
Las autoridades se encuentran adelantando la investigación para establecer si los móviles del caso obedecen a un ajuste de cuentas, debido a que la comunidad manifestó que en muchos casos lo mejor es guardar silencio, ya que se puede ser víctima por “hablar de más”. Dicha situación deja en evidencia el panorama que vive Kennedy, una de las localidades más neurálgicas y que mayor incrementó presentó en materia de homicidios, con un 35% si se comparan con las cifras oficiales del año pasado.
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