A toda marcha y corriendo con desespero, los enfermeros del Hospital Simón Bolívar recibieron la madrugada de ayer el cuerpo herido de Cristian Andrés Vargas, un muchacho de 30 años de edad.
Un terrible acto de intolerancia había ocurrido sobre las 12:30 de la madrugada de ayer. Cristian había sido atacado por su propio suegro y otras personas más en inmediaciones a una vivienda del barrio San Antonio Norte en la localidad de Usaquén (Calle 182 con Carrera 7C).
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Cuando las autoridades confirmaron la muerte del joven en el hospital procedieron a entrevistar a las personas que habían estado compartiendo con él desde la noche anterior, entre ellos dos señalados que ya estaban rindiendo indagatoria. De allí surgieron las versiones de una riña y la culpabilidad del suegro de la víctima. Al parecer ambas partes tenían disputas pasadas y esa madrugada afloraron en medio de una discusión. El resultado fue una vida perdida y dos personas privadas de la libertad, entre ellos el suegro del joven.
Muerte entre familia
Desde el sábado Cristian había estado reunido con familiares de su pareja. Tanto el consumo de alcohol, como las viejas rencillas de suegro y yerno, crearon el fatídico escenario de muerte.
“Este es un caso de violencia intrafamiliar, problemas de familia que venían desde hacía tiempo. Estaban además ingiriendo bebidas y eso detonó todo. La policía hizo presencia durante la riña y así se pudieron identificar a los presuntos responsables”, contó ayer a Q’HUBO un oficial que lideró el caso en la madrugada.
Aunque la disputa ‘casada’ de esta familia aún es un misterio para las autoridades, lo cierto es que el problema desencadenó en que no solo el suegro agrediera a su yerno, sino que otra persona también estuviera implicada en la muerte del joven.
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“El cuadrante es avisado de una riña que estaba pasando en vía pública. Anteriormente los implicados estaban adentro y se trasladaron a la calle cuando empezaron a discutir. En el sitio los oficiales capturan a dos personas que fueron señaladas de cometer las agresiones. Al tiempo la patrulla traslada al herido al hospital donde fallece”, añadió el uniformado sobre el caso.
Vargas murió de una puñalada en el cuello, pero su cuerpo tenía golpes y otras heridas de arma blanca. Desde ayer los dos capturados se encontraban a la espera de las primeras audiencias en las que tendrán que responder por el asesinato del muchacho.
Con este caso la localidad de Usaquén suma el segundo hecho de violencia intrafamiliar que acaba en muerte, siendo el primero el crimen de un joven a manos de su padrastro, en el mes de enero de este año, situación que ha prendido las alarmas en la localidad.
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