En el hecho de intolerancia, ocurrido en el barrio Las Villas, de Suba, el agresor dejó tirada su motocicleta al verse rodeado por la comunidad del sector que reaccionó ante el ataque que le cobró la vida al adulto mayor.
La noche del pasado viernes 19 de mayo, en la localidad de Suba, sucedió un absurdo caso de intolerancia cuyo desenlace tuvo un trágico final: cobró la vida de un hombre de 60 años.
Rafael Ernesto Villegas, la víctima del vil ataque, fue atacado de manera brutal y salvaje por un joven de 22 años, quien, que además de golpearlo y dejarlo inconsciente, escapó impune.
Q’HUBO habló ayer con un familiar de la víctima, quien nos contó detalles del inaudito caso. Todo sucedió cuando Rafael Ernesto (hoy occiso) le reclamó a un motociclista luego de que este se saltara una señal de pare y por poco lo arrollara. El reclamo termino en una infame golpiza que dejó a la víctima inconsciente en vía pública, al mismo tiempo que su agresor escapaba. Les contamos.
“Casi lo atropella y encima lo atacó”
Todo sucedió el viernes pasadas las 7 de la noche en el barrio Las Villas, en Suba. Ese día Rafael salió de su casa a una droguería cercana a comprar varios artículos de higiene personal. Realizó su compra tranquilamente y cuando salió del establecimiento sucedió la infamia. Diego Moreno, su sobrino, nos detalló los sucesos: “Mi tío iba caminando en cercanías de la Carrera 56B con Calle 128B Bis, salió de una droguería de hacer unas diligencias y cuando iba llegando a la esquina de la casa, pasó todo.
Un tipo en moto se voló un pare y terminó casi encima de él, no lo atropelló, pero estuvo muy cerca, le habrá alcanzado a tocar el pie, creo yo. Una vez pasa eso, mi tío le hace el reclamo al tipo, el man sigue derecho, para en la esquina, se baja de la moto y de una le lanza una patada, sin que hubiera un solo antecedente de agresión”, nos contó Diego la mañana de ayer.
Una vez le lanza la patada, Rafael corrió unos metros para refugiarse en una panadería. En un video de cámara de seguridad se ve claramente cómo el agresor corre detrás de su víctima y lo ataca por la espalda. Tras recibir un puño, el señor Rafael cae, se golpea nuevamente la cabeza y queda inconsciente.
“Cuando el tipo se dio cuenta de lo que había hecho y se sintió cercado por la comunidad, intentó regresar a la moto para escaparse. La gente no lo permitió y el tipo, que se llama Julián, dejó la moto botada y se escapó sin prestarle ningún tipo de auxilio a mi tío”.
Minutos después, una ambulancia trasladó al herido de 60 años a la Clínica Reina Sofía, donde lograron reanimarlo e ingresarlo a cirugía de inmediato. El diagnóstico fue devastador: la doctora encargada le manifestó a la familia que el señor Rafael presentaba muerte cerebral y que de ahora en adelante tendría que estar conectado a una máquina para poder sobrevivir.
De castaño a oscuro…
La mañana de este miércoles, pasadas las 7 a.m, Rafael Ernesto falleció de un paro cardiorrespiratorio luego de batallar durante 5 días. Su agresor ya no se enfrentará a cargos por lesiones personales, ahora tendrá que darle la cara a la justicia por el delito de homicidio.
El responsable de 22 años no aparece desde entonces y la moto quedó en manos de la Policía, que ya está informada de lo sucedido. El padre del joven se contactó con la familia Villegas Pérez y les manifestó que él tenía voluntad de presentarse a la diligencia judicial que se llevará a cabo esta semana. Amanecerá y veremos.
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“Es increíble que salir a la tienda sea una actividad que ponga en riesgo nuestra vida. Rafa era una persona muy querida por la comunidad y perdió la vida por intolerante que, además de casi atropellarlo por su imprudencia, al escuchar el reclamo de Rafa se bajó de la moto, lo persiguió, lo empujó y lo golpeó hasta causarle la muerte, posteriormente huyó del lugar. Ahora es un prófugo de la justicia. Esperamos que las autoridades puedan actuar oportunamente para encontrar a este personaje y que pague por su delito y no siga en las calles con riesgo a hacer más daño”, concluyó Diego con un evidente dejo de rabia y frustración en sus palabras.
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