Segundos antes de que un joven fuera asesinado a sangre fría, su homicida se le acercó, lo saludó, se sentó a su lado y cruzaron un par de palabras que terminaron en pelea. En medio del altercado, el verdugo se levantó, sacó el cuchillo que escondía con recelo y le propinó una mortal herida en el pecho.
Tras cometer el asesinato, el sujeto le dio la espalda, se fue caminando hacia la vía, tomó la carroza que tenía parqueada, escondió el cuchillo con el que cometió el homicidio y se fue campante arrastrando su vehículo de dos llantas.
“Eso fue a plena luz del día, esta mañana (ayer). Yo llegué a instalar mi puesto, cuando escuché los gritos y fue que vi que había una persona tirada en el andén. No alcancé a ver al que lo hirió, pero mucha gente sí vio y se lo dijeron a los policías que llegaron muy rápido a atender el caso”, le relató a Q’HUBO una vendedora informal en la zona.
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El verdugo fue aprehendido minutos después por parte de las autoridades con el arma con la que cometió el asesinato en su poder. Hasta el cierre de esta edición, el criminal permanecía detenido en la URI de Kennedy, a la espera de que se definiera su situación judicial, pues deberá responder por el delito de homicidio agravado.
Puñal y muerte
A las 9:20 de la mañana de ayer, en el barrio Gran Colombiano (en Kennedy), se presentó el crimen de un joven de aproximadamente 25 años, quien no pudo ser identificado por las autoridades; y todo a manos de un conocido, con quien tuvo un altercado por una deuda.
“Lo raro es que quien lo mató, llegó y habló con el que estaba sentado. No se vio nada raro hasta que se levantó, sacó el cuchillo y comenzó a insultarlo, pero la víctima no se levantó a enfrentarse ni nada, se quedó quieta, tranquila como si no creyera capaz al otro de asesinarlo, hasta que le metió su puñalada”, reveló un testigo ayer.
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}El asesinato se perpetró a la altura de la Avenida Villavicencio con Avenida Primero de Mayo, delante de varios trabajadores y conductores que a esa hora se movilizaban por esta principal intersección. Las autoridades llegaron de manera oportuna al lugar de los hechos y alcanzaron a trasladar a la víctima en un taxi al Hospital de Kennedy, pero allí llegó sin signos vitales.
Las autoridades no lo identificaron porque no portaba documentos, pero los comerciantes aseguraron que la víctima era un reconocido reciclador de la zona y que su verdugo, otro reciclador, quien lo asesinó por una vieja deuda.
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