Iban a ser las 3:30 de la tarde del pasado viernes, cuando una llamada entró al Centro de Atención Médica Inmediata (CAMI) Manuela Beltrán en Ciudad Bolívar.

Una angustiada y conmocionada voz se escuchó del otro lado, la persona apenas podía hablar, había llamado para informar al centro médico acerca del hallazgo de una persona sin vida. La llamaba detallaba el suicidio de una joven residente en el la localidad.

La familia se alertó porque la joven no contestaba su teléfono ni respondía mensajes. Pasado un tiempo, y tras fallidos intentos de varias personas por ubicarla, se hacía evidente que algo pasaba. La angustia empezaba a rodear a los cercanos hasta que un pavoroso hallazgo los electrizó.

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Cerca de las 2 de la tarde de ese viernes, familiares hallaron a la joven suspendida de una cuerda que había atado a su cuello. El cuerpo yacía colgado del techo de la vivienda. La escena hablaba por sí misma.

Transcurrido un tiempo dieron la alerta a las autoridades médicas y policiales de la zona quienes hicieron presencia al poco tiempo.

Si bien la decisión de la joven pertenece a su ámbito estrictamente personal e íntimo, este medio conoció que la hoy fallecida dejó un mensaje en donde le pedía perdón a su familia por la decisión que acababa de tomar y les pedía que cuidara de sus hijos.

Los indicios y las pruebas indican que el deceso fue a causa de un suicidio, sin embargo, las autoridades desarrollan una investigación para esclarecer posibles elementos que hallan desbocado esta conducta en la joven fallecida.

Autoridades insisten en el valor de una adecuada atención y educación en temas relacionados con salud mental, circunstancia que en nuestro país, a pesar de ser un tema de vital importancia, sigue estando rodeado de estigmas, mitos y tabúes que en gran parte contribuyen a que las personas no se traten y la señalización persista.

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