Como todos los días, la mamá de Wálter Augusto Figueroa Sánchez iba a visitarlo durante el día con el fin de brindarle un plato de comida y compartir con él. Sin embargo, antes de llegar lo llamaba y la tarde del jueves no fue la excepción, pero al hacerlo no obtuvo respuesta al otro lado de la línea.
En el corazón de la mujer se sembró un mal presagio, que con el paso de las horas fue aumentando. Este mismo sentimiento la llevó a ir sobre las 9 de la noche hasta la casa de su hijo con el fin de cerciorarse de que todo estuviera en orden.
Al cruzar la puerta principal, de la que tenía llave, presintió que algo malo había pasado con él, por lo que comenzó a recorrer la casa, al mismo tiempo que lo llamaba. El perturbador silencio que reinaba dentro de las paredes blancas del apartamento le anunciaron lo peor.
En una habitación, en el suelo, fue hallado Wálter por su mamá. Un grito desgarrador fue escuchado por los demás inquilinos del edificio, quienes salieron a ver qué había ocurrido. En el pasillo se encontraron con la adulta mayor pidiendo ayuda.
La señora estaba pidiendo ayuda para que llamáramos a la Policía o a una ambulancia, porque pensaba que el señor todavía seguía vivo, pero cuando lo vimos confirmamos que no, que ya llevaba varias horas muerto. Eso mismo lo confirmó la Policía”, le relató a Q’HUBO una residente del mismo conjunto.
Aunque se desconocen las causas que originaron el fallecimiento del hombre de 46 años, todo apunta a que habría sufrido, presuntamente, un paro cardiorrespiratorio. No obstante, esto será esclarecido con la necropsia.
Muerte súbita…
Entre el dolor que sentía Wálter Augusto en su corazón tras haber terminado su última relación sentimental y la pena que lo acompañaba, se camufló una presunta dolencia en el pecho que sería la que terminaría poniéndole fin a sus días más pronto de lo que sus seres queridos esperaban.
Según se pudo conocer, el hombre vivía solo en el apartamento 302, ubicado en el sector de Lombardia (en Suba), y no se le había visto enfermo ni nada en los últimos días. Incluso, a diario recibía la visita de sus pariente y ninguno manifestó que él estuviera delicado de salud.
Minutos después de que se hallara el cadáver, comenzó a llegar la Policía y esto acaparó la atención de varios vecinos de la Calle 141A con Carrera 108, quienes fueron testigos de la inspección del cuerpo y del dolor que sentían los familiares de Wálter al presenciar cómo metían el cuerpo inerte en el carro de criminalística del CTI.
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