La “relación” entre la mujer y el árbol comenzó durante el confinamiento causado por la pandemia del coronavirus.
Sonja Semyonova, una mujer de 45 años, ha sorprendido a muchos internautas al revelar que es “ecosexual” y que mantiene una relación erótica con un árbol. Semyonova contó su historia en una entrevista con un medio digital, donde explicó cómo se enamoró del árbol durante el confinamiento por la pandemia del coronavirus.
Según Semyonova, el árbol le brinda “satisfacción emocional y física”, y lo considera su “pareja”. Semyonova asegura que visita al árbol todos los días, lo abraza, le habla y le hace regalos. Además, dice que el árbol le responde con “señales” y que siente su “energía”.
La declaración de Semyonova ha causado un gran revuelo en las redes sociales, donde ha recibido todo tipo de comentarios. Algunos usuarios se han mostrado comprensivos y respetuosos con su elección, mientras que otros han expresado su escepticismo y burla. Sin embargo, Semyonova no se deja afectar por las críticas y afirma que está feliz con su relación.
La “ecosexualidad” es un término que se refiere a una orientación sexual donde la naturaleza y el medio ambiente son elementos clave. Aunque no es muy conocida, hay personas que se identifican como ecosexuales y que sienten atracción o amor por la naturaleza.
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Las personas que se identifican como ecosexuales ven al planeta como una pareja que podría irse si no se la trata bien. Tienen su propio manifiesto donde afirman que es una identidad sexual más, al igual que ser heterosexual, gay o bisexual.
El término fue acuñado en 2008 por los artistas estadounidenses Elizabeth Stephens y Annie Sprinkle del grupo Pony Express. En su Manifiesto ecosexual, explican que los ecosexuales son personas que adoptan un estilo de vida sustentable, se preocupan por su huella en el medio ambiente y buscan aminorarla.
La ecosexualidad es una forma de vida en unión con la naturaleza en el ámbito sexual y también a la hora de elegir una pareja de vida. Algunas de las formas en que los ecosexuales interactúan con la naturaleza incluyen dormir en el pasto, abrazar árboles, bañarse en un río desnudo, e incluso mantener relaciones sexuales con troncos, plantas, flores.
Redacción Q’HUBO Bucaramanga.
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