Catherine Keane es una irlandesa que tuvo una vida bien sana: hacía deporte en el gimnasio, comía bien y vivía tranquilamente.
Sin embargo, esos hábitos no fueron suficientes para tener una vida duradera. De hecho, ella fue noticia en su país al morir súbitamente mientras dormía. Las personas con quienes vivía se dieron cuenta de su fallecimiento cuando la llamaron a desayunar, pero ella no les respondió.
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Luego los doctores, al examinarla, concluyeron que su deceso se debió al síndrome de muerte súbita del adulto, el cual se puede producir por un paro cardíaco.

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