Ingri Adrianzen contó orgullosa, en su cuenta de Facebook, la historia de Mauro, su hijo, quien con apenas 14 años de edad arregla celulares. Su talento viene gracias a su pasión por la electrónica y porque su abuelo le regaló un curso para arreglar dispositivos.
Con el dinero que ganó reparando los aparatos de su vecindario, en Argentina, siguió capacitándose para así hacer crecer su emprendimiento. No obstante, por falta de recursos, Mauro no tenía las herramientas para hacer bien su trabajo, por eso su mamá pidió ayuda y esta llegó rápidamente.
El menor recibió una donación que consta de un microscopio, un kit de desarmadores y un compatriota suyo, que vive en China, le regaló una fuente de laboratorio. El sueño del jovencito es ser ingeniero electrónico.
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