Los escalofríos son un síntoma que suelen alertar de la presencia de fiebre, un mecanismo de defensa para regular la temperatura corporal. Sin embargo, también pueden deberse a otros motivos. Por eso, es importante hacer una distinción entre los escalofríos y temblores no intencionados.
El rechinar de dientes y el tembleque del cuerpo es el saludo del frío. Y, al recibirlo, no solo nos congelamos manos, nariz y pies. De esa bienvenida, también forman parte los escalofríos.
Las bajas temperaturas son una de las causas de estos temblores que solemos asociar a la fiebre, pero que, por diversos motivos, también se pueden producir sin la compañía de esta. Por este motivo, si los escalofríos duran más de 24 horas o se presentan asociados a fiebre muy elevada, alrededor de los 40 ºC, dolor de pecho, fatiga extrema, dolor abdominal o dificultad respiratoria, se debe acudir de inmediato al médico, de modo que evalúe cuál es la posible causa del problema e indique el tratamiento más adecuado.
¿Por qué suceden los escalofríos por la ansiedad?
Temblar y experimentar un escalofrío cuando estás asustado o ansioso sucede como un mecanismo de defensa que tiene nuestro cuerpo para intentar protegerse. Al tener escalofríos continuos, nuestra frecuencia cardíaca aumenta para poder enviar más sangre a nuestros músculos, como una respuesta al estrés experimentado y para poder luchar o correr. Tanto es así que al desviar esta energía a los músculos, las personas pueden sentir ciertos problemas en otras regiones de su cuerpo, como puede ser en la digestión, traduciéndose en dolores de estómago y náuseas.
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Cuando no reaccionas escapando o luchando ante el estrés o la ansiedad percibida, tu cuerpo puede reaccionar precisamente utilizando los escalofríos para liberar toda esta tensión. Esto sucede debido a que los cambios en nuestro flujo sanguíneo también pueden hacer que empieces a sudar, lo que implica llegar a experimentar mucho frío y tiritar sin fiebre.
Cuando no reaccionas escapando o luchando ante el estrés o la ansiedad percibida, tu cuerpo puede reaccionar precisamente utilizando los escalofríos para liberar toda esta tensión. Esto sucede debido a que los cambios en nuestro flujo sanguíneo también pueden hacer que empieces a sudar, lo que implica llegar a experimentar mucho frío y tiritar sin fiebre.
¿En qué casos preocuparnos?
La mayoría de los escalofríos no deben preocuparnos, pues atienden a cuadros sin gravedad alguna. Si se repiten en el tiempo y van acompañados de otros síntomas, es necesario acudir al médico.
Pueden ser señal de una enfermedad no descubierta o de una patología mal controlada.
¿Qué es?
Se refieren a una sensación de frío después de estar expuesto a un ambiente frío. La palabra también se puede referir a un episodio de temblores junto con palidez y sensación de frío.
Síntomas de alerta
Los escalofríos por ansiedad son una manifestación ante situaciones que se perciben como amenazantes. La fiebre es un aumento temporal de la temperatura corporal. Es una respuesta del sistema inmunitario del cuerpo. Por lo general, la fiebre se debe a una infección.
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