No todos somos iguales ni reaccionamos de la misma forma ante ciertos escenarios que se nos presentan a lo largo de la vida. Esto mismo ocurre en nuestras cabezas con las emociones, que de no saberles dar un manejo adecuado se pueden convertir en nuestros peores enemigos, y, Dios no quiera en el peor de los casos, pueden llegar a ocasionar tragedias, incluso a llevarnos a la muerte.
Por eso en Q’HUBO hablamos con la doctora Karol Vásquez, decana de la facultad de Terapias Psicociales de la Universidad Antonio Nariño, quien nos comentó qué aspectos debemos tener en cuenta para poder actuar pronto y no agravar más la situación.
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¿Qué puede jugar en nuestra contra?
Dentro de los principales factores que pueden influir en nuestras emociones están:
- Problemas familiares (relaciones o fallas en su sistema de apoyo).
- Haber sufrido traumas (abuso físico y/o violación sexual).
- Sufrir pérdidas personales.
- Problemas por dinero o la pérdida de un empleo.
- Padecer un trastornos mental (depresión, trastornos de personalidad, esquizofrenia, alcoholismo o abuso de sustancias psicoactivas o alucinógenas).
- Exposición al suicidio de otras personas, y muy cercanas.
Emociones: vitales para cualquier persona
La Dra. Vásquez destacó que las emociones son innatas y básicas en todas las personas, sin embargo, es importante en el marco de la salud mental tener un manejo adecuado de ellas; de conseguirlo, se reflejará en un nivel de vida más estable y armonioso. El problema es cuando las emociones llegan a afectar la salud física, debido a que el cuerpo somatiza las emociones, y pueden afectar el organismo a nivel cardiovascular por cuenta de las enfermedades psicosomáticas.
La ira, una emoción delicada
Muchas personas que tienen problemas para manejar la ira en algunos casos cargan con un sentimiento de culpabilidad por simplemente explotar en algunos momentos, independiente del espacio, ya sea en la casa o en el trabajo, con amigos, la familia o hasta la pareja sentimental.
Ante esto, la especialista comentó que “sentir ira es necesario”, pero el problema está “cuando este sentimiento se manifiesta a través de violencia, irritabilidad constante y se empieza a alterar las relaciones sociales, y es justo en ese punto donde pueden aparecer la ansiedad y la depresión”.
El suicidio se puede manifestar
Otra de las aristas que junto al manejo de la ira pueden estar causando estragos en la salud mental de las personas es el suicidio. De este modo, si usted evidencia aspectos como:
a) alteraciones emocionales graves y constantes; b) sentimientos de desesperanza; c) violencia y d) conductas poco comunicativas y/o aislamiento social, bombillo rojo, porque aquí puede haber un intento de suicidio en potencia y se puede aún hacer algo para evitar una tragedia.
Hablar siempre será la clave
Si va a dialogar con alguien que manifiesta los síntomas mencionados en el recuadro de arriba, tenga presente la palabra empatía (ponerse en los zapatos del otro). Pero si es usted quien no se siente bien, y no tiene una red de apoyo, no estaría mal buscar ayuda profesional y trabajar en todo aquello que lo afecta, para que, con un apoyo psicosocial, usted puede salir adelante y hacer realidad todos sus sueños y metas.
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