Sangre, sudor y lágrimas podrían resumir la carrera del diseñador Hosiel Giraldo (34 años). Oriundo de Montenegro (Quindío), y quien a punta de tesón demuestra que para lograr los sueños hay que hacer duros sacrificios pero al final, cuando se ve la recompensa, hace que todo valga la pena. Hoy Hosiel se abre camino en el cerrado y exclusivo círculo de la moda en Colombia.
En entrevista con Q’HUBO nos comentó cómo ha sido hasta el momento su carrera, que no iba a ser de diseñador, sino de chef, pero que por las vueltas que da la vida terminó como un referente del diseño en todo el Eje Cafetero.
La sexta es la vencida
Hosiel nació en Montenegro, hijo de una mujer que trabajó 20 años como recolectora de café y su padre lo hizo en el área de la construcción. Ellos le dieron lo mínimo que cualquier padre o madre responsable quiere para sus hijos: una buena educación. Pero luego de finalizar el colegio, y ante la falta de recursos, Hosiel trabajó desde joven como vendedor en tiendas y boutiques de ropa, y al mismo tiempo se volvió vendedor por catálogos.
“En ese momento no quería quedarme solo con la educación que me dieron mi padres, intenté varias veces ingresar al Sena para ser chef, pero no pasaba y ya después la quinta vez decidí que si no quedaba seguiría con mis ventas y trabajaría, pero vi que se abrió el tecnólogo en diseño de modas y decidí inscribirme”, cuenta Hosiel, quien en ese momento no sabía a lo que se enfrentaría más adelante.
Los sacrificios
Al principio, Hosiel tuvo que alternar el estudio con el trabajo, varios negocios fracasaron y perdió algunos clientes; se tuvo que decidir entre seguir con su trabajo o dedicarse de lleno al estudio. “Decidí aferrarme a lo único que me quedaba, que era mi carrera”, acepta.
Para llegar a clase, Hosiel debía madrugar a las 5:00 a.m. para tomar un bus desde Montenegro hasta Armenia, y allí otro transporte que lo llevara al centro de estudios al norte de la ciudad antes de las 7:00 a.m. Sumado a esto, él no llevaba ni siquiera ‘coca’ del almuerzo, por lo que aguantaba hambre durante las sesiones de estudio.
Ya por la tarde, con materiales y maleta encima, este diseñador se devolvía caminando una hora, con sol o lluvia, para agarrar transporte hasta Montenegro, todo para “poder ahorrar para comprar buenos materiales que me pedían”. Cuando la plata escaseaba, los familiares y los políticos del pueblo muchas veces se metieron la mano al dril y le patrocinaron los transportes o la compra de materiales para seguir con su sueño.
El mundo de la moda
Pero tanto esfuerzo se reflejó en Ejemoda (2012) y en el reto de la revista Fucsia (2018). En el primero finalizó en segundo lugar, mientras que en el segundo evento acabó siendo tercero, pero lo que más es de admirar tras los resultados fue que Hosiel, con solo su tecnólogo en el Sena, y varios talleres de refuerzos, superó a personas mucho más preparadas y que estaban finalizando sus carreras en universidades como Areandina (Pereira) y la Autónoma (Manizales).
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Esto fue la puerta para que el diseño de modas se convirtiera en un estilo de vida para Hosiel, quien logró que en el año 2021 el Parque Nacional del Café le abriera las puertas para realizar el lanzamiento de su colección de moda y que contó con modelos que para el mismo Hosiel son “sus mujeres reales”, y para las que él piensa sus diseños.
“Solo quiero que una mujer cualquiera pueda ver la ropa y verse en ella puesta”, señaló Hosiel, quien vistió a mujeres afro, con cáncer, con medidas plus en esa pasarela.
Sumado a esto, Hosiel cuenta con su propia tienda en Montenegro, la cual el mismo atiende, y con ello, aspira a que más mujeres se sientan bellas con los diseños que él crea, pero sobre todo, espera con todo esto que ha realizado dejar una huella y un legado para que ciertos parámetros de la moda tengan más en cuenta a las ‘mujeres reales’.
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