Un aberrante caso de violación a un menor de edad se conoció en las últimas horas. El infame delito lo habría cometido un hombre de 51 años contra un adolescente de 17, dentro de un apartamento ubicado en el barrio Cedritos (Usaquén). Le contamos la desgarradora historia.
Q’HUBO habló con la mamá de la víctima, quien entregó un desgarrador testimonio de lo sucedido y pidió a las autoridades que adelanten las labores pertinentes lo más rápido posible para dar con la captura de este depredador sexual.
“Yo soy vendedora informal, trabajo en la calle. Mi hijo tiene 17 años y sufre de ataques epilépticos, debido a esto tiene un déficit cognitivo. Desde los 14 años, en la temporada decembrina y fines de semana, él me ayuda en el trabajo. Ese día llegué a trabajar a la 1 p. m., le pedí el favor de llevar mi celular donde el señor que los arregla y él se fue como a eso de las 2 de la tarde”, relató en medio de su tristeza la mujer.
Cada una de las palabras de esta madre al narrar lo sucedido aquel lunes 11 de diciembre golpean el alma. Es inevitable sentir impotencia y rabia, pues lo que le pasó a su hijo le podría pasar a cualquiera.
“Cuando yo le marqué, él me dijo que lo habían invitado a comer pescado, pasó una hora y él no llegaba, entonces me empecé a preocupar; le marqué y nada que me contestaba. A eso de las 4:30 p. m. fui al punto a mirar si por ahí estaba a mi hijo, pero me dijeron que él había dejado el celular arreglando y que le habían dicho que volviera a las 5:30 p. m. Fui a reclamar el celular, le marcaba a mi hijo y nada, entonces le marqué a mi otro hijo a ver si andaba con él, pero no”, recordó la mamá.
Búsqueda desesperada
Ya entrada la noche, la mamá visitó un centro comercial aledaño para preguntar si el adolescente había almorzado en alguno de los restaurantes. En uno de los locales le confirmaron que su hijo había entrado a comprar un almuerzo y que un hombre lo estaba esperando afuera. Cuando pidió que le dejaran revisar las cámaras de seguridad, le respondieron que le tocaba pasar al día siguiente.
“Algunas personas difundieron la foto de mi hijo por el grupo de acción comunal del barrio Cedritos y los policías me dijeron que me fuera directamente a la Fiscalía. Yo llegué allá y me dijeron que por la hora, tipo 8 o 9 p. m., ya no habían funcionarios y que lo primero que debía hacer era asistir a Medicina Legal, pero como a esa hora no había servidores, me tocaba madrugar, entonces yo me regresé para el norte, porque mi corazón de madre me indicaba que él seguía en ese sector”, añadió en su testimonio.
El tiempo corría y la angustia de la mujer era cada vez mayor, así que acudió a los centros médicos pensando que quizá había presentado un ataque epiléptico y se encontraba allí.
“Eran ya como las 2 de la mañana y yo me regresé a la calle donde presentía que estaba mi hijo. Con dos compañeros que estaban ayudándome con la búsqueda, empezamos a gritar por la cuadra. Compré un tinto y a eso de las 3 la madrugada mi hijo le timbró al celular a Luis, mi compañero, y preguntó por mí; yo le quité el celular para hablar con él, pero el celular se le descargó a Luis, entonces yo empecé a marcarle desde mi celular”, agregó.
Cuando por fin logró hablar con su hijo en horas de la madrugada, él le decía que estaba bien y empezó a decirle que se vieran en otro punto, menos en el lugar donde a él lo tenían. Finalmente, después de varios minutos, el adolescente le dio el nombre de los apartamentos en los que se encontraba.
“El sitio estaba por la cuadra que yo presentía, él salió del edificio y lo abracé, llamé a la Policía y cuando llegó empezó a interrogar a los vigilantes. Yo vi a mi hijo ido y con las pupilas dilatadas, él me decía que nos fuéramos y que no armara problema.En ese momento, él insistía que el señor no le había hecho nada. Luego, ese tipo bajó y habló con los uniformados, me dejaron entrar al rato y le pidieron los datos para identificarlo. El sujeto dijo que a mi hijo lo había encontrado borracho y que le había dicho que tenía 18 años. En ese momento no se supo más, pero mi hijo ni siquiera toma por sus ataques epilépticos”, agregó.
Cuando iban de camino al centro médico, el menor le empezó a relatar a su madre los vejámenes a los que había sido sometido por parte del desconocido, quien al parecer lo habría drogado y, como si fuera poco, lo emborrachó mientras lo accedía carnalmente.
“Es un desgraciado completo, pero los policías me dijeron que como en el momento que lo encontramos él no dijo nada, entonces no lo detuvieron. Yo instauré la denuncia, falta que el niño vaya a la Fiscalía y a Medicina Legal. En estos momentos mi hijo está bien, le están dando medicamentos por sí algo, le hicieron la prueba del VIH y por ahora salió negativa. Lo vio la trabajadora social, psiquiatría, psicología, y debe continuar en seguimiento. También estamos a la espera del examen toxicológico”, agregó la progenitora.
Mientras tanto, la mujer ayuda a su hijo a superar ese horrible episodio que vivió y les pide a las autoridades que no pierdan de vista al señalado depravado sexual, pues podría seguir por las calles aprovechándose de las criaturas vulnerables como el menor.
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