Por estos días más de una persona se dispone a celebrar el Año Nuevo, pero para una familia del barrio Centenario, en la localidad de Rafael Uribe, la fiesta se vio empañada por cuenta de un siniestro vial que perjudicó a uno de sus seres queridos.
Carlos Hernando Osorio Farfán, de 67 años, fue el protagonista de un accidente de tránsito que hoy lo tiene postrado en una cama, sin poder trabajar y, lo peor del asunto, sin saber quién fue el culpable de tan terrible desgracia que lo tiene con un tutor en su pierna izquierda.
Su familia, encabezada por su hermana Aurora, solo pide que el motero involucrado dé la cara y que “no sea tan inhumano, porque eso no se hace ni con un perro”, en palabras de la misma Aurora, quien espera también la colaboración de las autoridades para que le ayuden a esclarecer estos hechos.
Así fue el accidente…
El hecho ocurrió en la Carrera 30 sur con Carrera 27, justo al frente de una estación de servicio el pasado 28 de octubre sobre las 6:30 p. m.
De acuerdo con lo relatado por la hermana de Carlos a Q’HUBO, “lo que hizo el señor de la moto fue un acto cobarde. Mi hermano miró a los dos lados antes de cruzar la calle, nos dijo que no vio a ninguna moto, y ya cuando iba caminando sintió el golpe y terminó en el suelo”, contó la pariente del hombre.
Y añadió: “el hombre que manejaba la moto paró en un primer momento, pero luego de acercarse a mi hermano (Carlos), y ante las quejas de dolor de él, le dijo que se levantara, e incluso le extendió la mano para ayudarlo a parar; pero mi hermano solo le pedía que llamara una ambulancia porque no se podía mover”.
El motociclista no le creyó nada a Carlos y Aurora aseguró que “el motero se fue y lo dejó ahí tirado. En ese momento mi hermano, por no dejarlo escapar, se agarró de la placa de la motocicleta y, a pesar de ver esto, el hombre arrastró a Carlos por varios metros, pero debido a las cortadas en la mano tuvo que soltarse y el señor de la moto se voló”.
Carlos fue llevado al Policlínico del Olaya y luego de pasar un mes internado, fue dado de alta, pero con la movilidad reducida y sin la posibilidad de trabajar como conductor de su vehículo de acarreos.
Piden justicia y videos
Lo único que en este momento desean Carlos y su hermana es que en la gasolinería les brinden los videos de las cámaras de seguridad para poder identificar la placa de la moto y, con ello, iniciar un proceso formal ante las autoridades competentes para que este caso no quede, como muchos, en la impunidad.
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