Recientemente se conoció la grave denuncia de un hombre de la comunidad LGBTI que fue víctima de robo y abuso sexual por parte de una persona que conoció en una aplicación de citas.
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“Tengo la fortuna de aún seguir aquí para contarlo, porque pude haber muerto con el abuso de escopolamina en mi cuerpo. Esta persona, que se hacía llamar Kevin Sebastián Falaez, me engañó, violó y robó. Y esto que me hizo debe ser su trabajo, seguramente está con alguna banda donde todos se dedican a esto y la mayoría de las personas, en especial los hombres, callan”, relató la víctima.
Robo y violación
Q’HUBO se puso en contacto con la víctima de este terrible caso, quien se identifica como Wiley Glow, un joven venezolano que lleva cinco años en Colombia, apasionado por vivir intensamente y quien es un experto en marketing digital.
“Soy muy sociable, siempre estoy buscando qué hacer todos los días. Soy creador de contenido, en mis redes sociales busco mostrar mi estilo de vida, soy un influencer que muestra el optimismo por la vida”, así se describió Wiley.
Este joven nos cuenta que conoció a su cita por la aplicación y que todo parecía ir por buen camino. A los días de haber estado hablando y que todo estuviera fluyendo con la persona identificada como Kevin, lo invitó a su apartamento, ubicado en la Calle 21 con Carrera 3, en el centro de la capital.
“Los hechos ocurrieron en la madrugada del 4 de marzo, decidí no callar más y contar mi historia. Ese día estaba con la persona en mi apartamento, escuchando música y tomando unos tragos. De un momento a otro, recuerdo que fui a sentarme a la cama y no recuerdo nada más”, relató la víctima.
Cuando el joven despertó horas más tarde, estaba desnudo sobre la cama y en el escritorio vio unas toallas con sangre. Desorientado, empezó a buscar a la persona que ya se había ido. Poco a poco se empezó a dar cuenta de lo que le había sucedido.
“Entré en un estado de shock, vomité y estuve una hora en la cama sin saber qué hacer. Me di cuenta que no estaban algunas de mis pertenencias de valor, como dos celulares, mis tabletas, dos computadores, una alcancía, dólares y dinero en efectivo. También me vació mis cuentas bancarias”, contó con un nudo en la garganta Wiley.
Según su relato, no solamente lo violaron y le causaron un daño psicológico, sino que también le robaron de sus cuentas bancarias cerca de 12 millones de pesos y en total, con sus objetos de valor, su pérdida material ascendería los 40 millones de pesos.
La denuncia y su llamado
Ese mismo día Wiley fue en compañía de unos amigos a interponer la denuncia, pero dice que en ese momento vio vulnerados sus derechos por ser miembro de la comunidad LGBTI, pues no le pusieron atención y ni siquiera lo enviaron a practicarse exámenes ni le brindaron apoyo alguno.
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“Hasta el día de ayer, un mes después, recibí una llamada por parte de la Fiscalía, esto debido a la denuncia que hice por medio de redes sociales hace unos días. Cuando me atendieron ese día que puse la denuncia, me hablaron como en modo de burla y me dijeron que pusiera la denuncia por la página de la entidad”, agregó en su duro relato.
En medio de su tristeza y con una fortaleza que ha adquirido debido a situaciones dolorosas que ha atravesado en su vida, decidió enviar un mensaje a la comunidad.
“Tenemos que tener mucho cuidado, siempre contarle a una persona de confianza lo que vamos a hacer y pasarle una foto de la persona con la que nos vamos a ver. He sido muy cuidadoso y en esta oportunidad me confíe porque la persona se veía bien. No nos confiemos de cuentas en redes sociales”.
Añadió que espera que las autoridades den con el responsable para que no siga haciendo daño. “Espero que las autoridades entiendan que esto es una realidad que les está pasando a más personas y que deben tomar conciencia de ello para atender sus denuncias como debería de ser. Luego de dar a conocer mi denuncia, me han llegado mensajes de unas 20 personas a quienes les ha ocurrido lo mismo y me han dicho que cuando acuden a las autoridades los hacen sentir que son culpables, y esto no debería ser así”, concluyó.
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