El pasado 13 de mayo, se conoció la muerte del patrullero Edwin Mateus en una estación de gasolina ubicada en Sibaté, aunque las primeras hipótesis señalan que el uniformado habría muerto intoxicado, su familia afirma que hay irregularidades en el caso.
Cuando las autoridades informaron la muerte de Edwin Daniel Mateus en el municipio de Sibaté el pasado 13 de mayo, para ese momento se conoció que el joven patrullero habría entrado a una estación de gasolina a resguardarse de la lluvia y descansar. Sin embargo, minutos después, sobre las 4:00 de la madrugada, el compañero de Mateus lo encontró sin vida en el cuarto de máquinas, debido a que presuntamente se intoxicó al inhalar un gas.
Pese a estas afirmaciones, la familia del occiso asegura que hay inconsistencias en el caso, ya que los primeros informes de la investigación, los cuales están en su poder, indican que el patrullero ya no estaba con vida cuando fue encontrado por su compañero. Aun así, fue llevado a un centro asistencial para que le prestaran primeros auxilios.
Según Noticias Caracol, la hermana de Mateus afirma que a ellos no les pidieron autorización para trasladar el cuerpo del uniformado del hospital a la funeraria, lugar en donde lo maquillaron y vistieron para las honras fúnebres, casi que de inmediato.
“En cuanto a la historia clínica hemos encontrado muchas inconsistencias en cuanto a mensajes que se enviaron a esas horas, todo está muy extraño. Realmente solo nos entregaron ya el cuerpo arreglado, no tuvimos derecho de revisarlo, de verlo, de reconocer su cuerpo, como debe ser, como legalmente debe ser”, afirmó la mujer.
Además, asegura que alguien intentó usar el teléfono móvil del joven cuando se suponía que este ya estaba sin vida, ya que trataron de ingresar a WhatsApp. De igual forma, borraron información del dispositivo.
“Si mi hermano ya había fallecido a las 4:00 a.m. no entiendo quién intentó ingresar a su PSI desde su celular. A las 6:18 y a las 6:22 intentaron ingresar directamente a su PSI”, dijo.
Lo más insólito de la situación es que no pudieron velar al joven como la familia esperaba, pues las autoridades les dijeron que habían devuelto el cuerpo al laboratorio debido a que el cadáver emanaba un fuerte olor a gas.
Ante estas inconsistencias, los afectados le piden al director de la Policía Nacional, William Salamanca, que investigue los hechos porque sospechan que hay alguien detrás de la muerte del patrullero.
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