Marcela Cano, hermana de John Ferney Cano, el hombre que asesino al urólogo en Medellín, aseguró que el dolor y el rencor del hombre lo llevaron a cometer este crimen.
El pasado 18 de abril, el asesinato del urólogo Juan Guillermo Aristizábal, causó consternación entre los colombianos, pues lo detalles del crimen cometido por John Ferney Cano González son aterradores.
Según se pudo conocer, aquel día Cano llegó hasta la clínica Medellín, ubicada en el barrio El Poblado y una vez dentro de la misma, sacó un arma de fuego y a tiros asesino al médico Aristizábal, hirió a su secretaria y posteriormente se suicidó, no sin antes prenderle fuego al lugar.
Luego de que se conoció el crimen, también salió a la luz el libro del agresor, ‘Memorias de un loco sensible’, en donde relata los motivos que lo llevaron a cometer este atroz hecho, uno de ellos, según el escrito, sería la negligencia por parte del médico, pues habría diagnosticado mal a Cano.
En el texto se lee que el hombre presentaba hace varios años un dolor en su zona genital, razón por la cual visitó a Aristizábal.
“Para agosto de 2020, conocería a quien considero mi mayor enemigo, un infame del cual me arrepiento amargamente haber conocido, un tipo que traería desgracia a mi vida y llamado Juan Guillermo Aristizábal Vásquez. ¿Cómo pude haber caído en sus asquerosas garras?, maldito hijo de puta. Mentiroso y traidor. ¿Cómo pude haber confiado en semejante basura?”, dice el escrito.
Cuenta que inicialmente le pagó $200.000 en una consulta particular. Allí Aristizábal le habría dicho que debía someterse a una circuncisión para aliviar su malestar. Afirma que luego de este procedimiento el dolor nunca se fue, además de esto, presentó otros problemas que lo llevaron a consultar a otros especialistas que le afirmaron que el diagnóstico estaba erróneo.
Relato de la hermana, Marcela Cano
Por su parte, la hermana del asesino, Marcela Cano, le contó a Caracol Radio que al hombre se le notaba la molestia desde hace varios años y en algún momento sí le dijo que no iba a perdonar a Aristizábal por lo que le había hecho.
“La molestia por el mal procedimiento venía desde hace algunos años, de hecho, él decía ‘esa no se la paso, con esta sí me las paga’, pero con la forma de ser de él uno no creería que algún día fuera a ejecutar eso. El rencor que él tenía y el dolor que estaba padeciendo fue el detonante”.
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Y añadió que ese detonante se desarrolló más cuando Cano visitó por última vez al médico.
“La última vez fue donde el doctor y lo que hizo fue reírse, dijo que no le importaba. Yo pienso que ese fue el detonante porque ya mi hermano no tenía plata”, manifestó Cano a Blu Radio.
A su vez, los compañeros y amigos del urólogo asesinado afirmaron que sí existían amenazas de muerte e incluso denuncias en Fiscalía por los presuntos actos violentos del asesino.
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