Según el Invima, a corte de 25 de febrero de 2024, de las nueve insulinas autorizadas para su comercialización en el país, tres de ellas están enfrentando problemas de abastecimiento.
Tras un seguimiento realizado por el Ministerio de Salud y Protección Social y el Invima, se encontró que las insulinas Degludec, Lispro y Glargina se encuentran en una situación crítica en cuanto a su disponibilidad en el mercado colombiano.
La Insulina Lispro, comercializada bajo la marca Humalog, está siendo monitoreada debido a la falta de respuesta por parte del único titular que la comercializa.
Por otro lado, la Insulina Degludec ha sido clasificada como “en riesgo de desabastecimiento” tras experimentar problemas de disponibilidad en los meses previos, aunque el titular de registro sanitario, Novonordisk, ha manifestado contar actualmente con disponibilidad.
De acuerdo con el Invima, la situación más preocupante recae sobre la Insulina Glargina, producida por Sanofi, bajo la marca Lanus, pues su suministro ha experimentado demoras e intermitencias, lo que ha llevado al Invima a clasificarla como “en riesgo de desabastecimiento” en febrero.
Sanofi ha comunicado al Invima la eventual disponibilidad en los próximos días, aunque la incertidumbre persiste.
Además, se ha informado que el 12% del mercado de insulina humana correspondía al titular de registro sanitario Elly Lilly, cuyos productos Humulin N y Humulin R se encuentran vencidos, según decisión de dicho titular.
El Invima ha expresado su preocupación por la concentración del mercado en unos pocos titulares de registro sanitario, lo que aumenta la vulnerabilidad ante problemas de suministro por parte de uno de estos fabricantes.
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Por ello, hizo un llamado a los gestores farmacéuticos, mayoristas, EPS, IPS y titulares de registro sanitario a reportar activamente cualquier novedad en la disponibilidad de estos medicamentos.
En medio de la preocupación por el desabastecimiento de insulinas en Colombia, la Fundación Voces Diabetes Colombia se manifestó a través de su directora y fundadora, Erika Montañés.
Según Montañés, la tensión financiera del sistema de salud, los problemas de disponibilidad y logística de materias primas después de la pandemia, y los obstáculos regulatorios para obtener permisos sanitarios por parte del Invima son las causas principales del desabastecimiento.
En respuesta a esta crisis, la fundación ha hecho un llamado al Ministerio de Salud y Protección Social para que convoque a una mesa de crisis en la que deben participar las EPS, la industria farmacéutica, los gestores farmacéuticos, el Invima y las organizaciones de pacientes.
Redacción Colprensa
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