El joven fue agredido con arma blanca en el barrio Chuniza, en la localidad de Usme. Les contamos los detalles.
Un torrencial aguacero limpió la línea de sangre que dejaron por el camino los amigos de Carlos Andrés Saavedra Patiño, en un esfuerzo desesperado por salvarle la vida minutos antes de ser agredido en medio de un hecho de intolerancia.
El joven fue agredido alrededor de las 11:45 a. m. del sábado en el barrio Chuniza, en la localidad de Usme, en la carrera 5B con calle 88 sur, justo en la cuadra donde creció este joven de aproximadamente 25 años.
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“Lo que dicen es que Carlos ya no vivía aquí y que estaba visitando a sus padres. Creo que sí, porque hacía tiempo que no se le veía por aquí. Era buena gente; desde muy pequeño pasaba mucho tiempo en el barrio con sus tres hermanos y todos los conocían”, comentó una vecina del barrio.
Desalmado ataque
Según cuentan los residentes del sector, ‘Carlitos’, como le decían afectuosamente sus allegados y conocidos, estaba sentado frente a la vivienda de sus padres cuando fue abordado por dos sujetos, momentos antes de ser atacado.
“Lo que dicen por aquí es que estaba tomando unas cervezas con varias personas, y que cuando llegaron los últimos dos sujetos al grupo el ambiente se puso tenso. De repente, uno de esos dos pelados empezó a pelear con ‘Carlitos’. La verdad, nadie sabe bien por qué o cómo empezó esa trifulca”, comentó una fuente extraoficial a Q’HUBO.
Los testigos del hecho relatan que, en medio de la pelea, uno de los jóvenes sacó un arma blanca y agredió a Saavedra varias veces, mientras que los demás acompañantes miraban impotentes cómo los dos sujetos escapaban por los estrechos callejones del barrio.
“Dicen que a Carlos le dieron dos puñaladas, una en el abdomen y otra cerca del pecho. Minutos después, tres chicos lo cargaron hasta la avenida, a unas tres cuadras de donde estaban. En el camino se veía cómo el muchacho perdía mucha sangre. Al parecer, su madre también los seguía, llorando al ver a su hijo en ese estado tan lamentable”, comentó un residente del sector.
Carlos fue trasladado al Hospital de Meissen en un taxi, acompañado por su madre, hasta que fue ingresado a la sala de urgencias. Por desgracia, el joven falleció debido a las heridas que le provocó su agresor, quien escapó empuñando el arma ensangrentada con la que acabó con la vida de Saavedra.
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