El hombre cayó desde el tercer piso del inmueble en el momento que se encontraba adelantando trabajos locativos en el techo de la vivienda.

“Yo hoy no pude abrir mi puesto, donde siempre lo ubico, porque esta mañana llegó la Policía y cerró esa parte del andén, solo alcancé a ver el muerto que estaba tapado con una cobija”, comentó ayer una de las vendedoras informales de frutas y verduras que se ubica todos los días frente a un inmueble ubicado por una zona comercial del barrio Quintanares (Soacha), y que vio cómo los agentes de criminalística realizaron el levantamiento del cadáver de un hombre de contextura gruesa y de nacionalidad venezolana, quien cayó desde el tercer piso del inmueble en el momento que se encontraba adelantando trabajos locativos en el techo de la vivienda.

La víctima, identificada como Ramón José Graterol Mosquera, había sido contratada esta misma semana, según lo que comentó una de las empleadas del sector, debido a que “anoche (sábado) habían visto al señor porque iba a comenzar a reparar el techo, por cuenta de las lluvias que se presentaron por estos días”.

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Hasta ahí todo iba normal, pero nadie pensó que la parca se daría un paseo por los callejones y haría una parada en la Calle 46 con Carrera 2B, lugar en el que cayó el hombre, del cual se dijo en el lugar, “tenía entre 35 y 40 años”. Al lugar no llegaron familiares, por lo que para muchos la identidad del occiso era todo un misterio, y más por la acción de uno de los presentes, quien apenas se confirmó el deceso le llevó una cobija para cubrirlo mientras llegaban los agentes de criminalística.

Pero esto no fue todo, pues un hombre de 22 años que se encontraba en el primer piso también resultó herido, ya que recibió todo el impacto tras la caída de Graterol Mosquera. Sumado a esto, un menor de 5 años, hijo de una de las meseras de un restaurante que se ubica al lado del inmueble, también quedó con una herida en una de sus piernas y varios golpes producto de la caída de escombros. 

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Un empleado del restaurante le confirmó a Q’HUBO que el menor aún está siendo sometido a varios exámenes para descartar una fractura en la pierna.

Al cierre de esta edición, el parte que más preocupaba es el del joven, de quien se dijo “es el hijo del señor que montó el local, la cacharrería”, ubicada en el mismo inmueble que arreglaba Graterol Mosquera, quien falleció luego de perder el control y caer al vacío por -según las autoridades- no contar con el equipo de seguridad para realizar trabajos en alturas. Este caso ahora es materia de investigación.

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