Al momento de iniciar la vida sexual e incluso antes de hacerlo, hay muchas preguntas sobre cómo abordar de manera coherente y nada acelerada algo tan valioso en cada ser humano como es explorar su sexualidad.

Pero en algunos casos, muchas mujeres, miembros de la comunidad Lgbtiq+ y hombres, en menor relación, son víctimas de la presión social y en ciertos escenarios ellas terminan por dar pasos en falso (muchas veces en contra de su voluntad) en todo lo que debería serles garantizado en sus derechos sociales y reproductivos, como lo son el goce, la satisfacción, gratificación sexual, tener una vida libre de violencias y tener libertad de elegir si quiere iniciar o postergar el derecho a tener hijos.

Tenga presente las siguientes recomendaciones para que disfrutar de su sexualidad no se vuelva un tormento.

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Rutas de atención:

Todas las personas tienen derecho a que en sus planes de atención médica, o servicios que les ofrecen su respectiva IPS (Institución Prestadora de Salud), se les garantice el acceso a rutas de salud sexual y reproductiva, las cuales dentro de sus objetivos deben propender por mantener el bienestar físico, mental y social de manera integral en cada uno de sus usuarios.

Nunca debe haber presión:

Tenga presente que no hay una edad o momento específico en la vida de cada persona para tener una relación sexual. De igual forma, si se siente algún tipo de presión, las IPS tienen rutas de atención en educación sexual, las cuales, en vez de incitar o estimular el inicio de las relaciones, lo que hacen es ayudar a tomar decisiones más responsables que, por pensar en caliente, pueden repercutir a corto o mediano plazo.

¿Qué se debe garantizar?

Las acciones que se realicen por parte de las IPS buscan que se fomente la capacidad de ejercer los derechos sexuales y reproductivos, tales como:

1. La promoción del buen trato y prevención de abuso sexual, maltrato hacia la mujer y familia e implicaciones legales relacionadas
2. Asesoría y orientación sobre alternativas de planificación familiar.
3. Prevención y control de infecciones de transmisión sexual.
4. Consejería de preparación para el embarazo.
5. Educación en autoexamen de seno.
6. Acceso a exámenes como la citología vaginal y colposcopia, mamografía en el caso de mujeres mayores de 50 años (cada dos años), así como confirmación diagnóstica por biopsia de seno o mama.
7. Promoción de la vacunación según esquema vigente.
8. Exámenes de detección del cáncer de cuello uterino y temprano para el cáncer de seno.

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