La cocina italiana es conocida en todo el mundo por su simplicidad, autenticidad y la riqueza de sus sabores.
Entre las muchas delicias culinarias de este país, la Salsa Napolitana destaca como un tesoro en la tradición gastronómica italiana.
Con ingredientes frescos y técnicas sencillas, esta salsa eleva cualquier plato de pasta a una experiencia culinaria inolvidable.
Vamos a sumergirnos en los secretos de esta receta, para que puedas recrear el auténtico sabor italiano en la comodidad de tu hogar.
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Con esta receta, has desbloqueado el secreto de la auténtica Salsa Napolitana. No solo es una mezcla de ingredientes, sino un ritual culinario que te transporta directamente a las calles de Nápoles.
La Salsa napolitana, también conocida como “Sugo alla Napoletana” en italiano, es una mezcla de tomates, ajo, aceite de oliva, albahaca y otras hierbas frescas que resumen la esencia misma de la cocina napolitana.
Ingredientes
- 800 gramos de tomates maduros y frescos
- 4 dientes de ajo, finamente picados
- 1/4 taza de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de azúcar
- Sal y pimienta al gusto
- Hojas frescas de albahaca y orégano
- Guindilla roja (opcional para un toque picante)
Preparación
Escaldar los tomates en agua hirviendo durante unos 30 segundos y luego sumergirlos en agua helada facilitará el proceso de pelado. Una vez pelados, corta los tomates en cubos pequeños.
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En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade el ajo picado y saltea hasta que esté dorado pero no quemado.
Añade los tomates cortados a la sartén. Cocina a fuego medio-bajo durante unos 30-40 minutos, revolviendo ocasionalmente para evitar que la mezcla se pegue.
Si los tomates no son lo suficientemente dulces, puedes añadir una cucharadita de azúcar para equilibrar los sabores.
Agrega sal y pimienta al gusto. Si te gusta la salsa con un toque picante, este es el momento de añadir una guindilla roja finamente picada.
En los últimos 10 minutos de cocción, agrega las hojas frescas de albahaca y orégano.
Una vez que la salsa haya reducido y alcanzado la consistencia deseada, retira la sartén del fuego. Deja reposar unos minutos para que los sabores se fusionen antes de servir sobre tu pasta favorita.
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