La comunidad Embera, asentada desde hace casi dos años en la Unidad de Protección Integral (UPI) La Florida, ubicada en el Parque Distrital de Villamery, en el municipio de Funza (Cundinamarca), fue víctima de amenazas e intimidaciones por parte de un grupo de sujetos armados.
Q’Hubo pudo conocer, gracias a la denuncia de una ciudadana, esta terrible situación que viven aproximadamente 700 personas de la comunidad, quienes llegaron a este sitio desplazadas por la violencia en sus territorios y ahora están siendo nuevamente amenazadas por un grupo de individuos que intentaban entrar a las malas esta UPI.
Aterrador relato
“Eran alrededor de las 8:30 p. m. del miércoles cuando los vigilantes nos avisaron que unos sujetos estaban preguntando por mí en la entrada de la UPI. Yo pensé que venían a entregarnos ayudas, incluidos mercados, por eso me dirigí hacia la entrada”, comentó Livaniel Queragama, líder indígena de la comunidad.
Livaniel mencionó que, afortunadamente, el vigilante del predio no dejó entrar a esos sujetos debido a su actitud sospechosa.
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“Cuando estaba en la reja, le pedí al vigilante que permitiera la entrada a un vocero del grupo de personas, pero al ver que eran alrededor de 40 y varios de ellos estaban encapuchados, nos negamos a dejarlos entrar”, agregó el líder de la comunidad.
En ese momento, un grupo de indígenas comenzó a preocuparse al observar la actitud agresiva de esos sujetos.
“Cuando estaba en la reja, le pedí al vigilante que permitiera la entrada a un vocero del grupo de personas, pero al ver que eran alrededor de 40 y varios de ellos estaban encapuchados, nos negamos a dejarlos entrar”, agregó el líder de la comunidad.
“Los individuos empezaron a decir que uno de nuestros compañeros y un niño de la comunidad les había robado algo de un barrio cercano. Les pedimos que identificaran a las personas que supuestamente lo hicieron, pero ellos se negaron y amenazaron con matar al señor si lo volvían a ver por ahí. Además, aseguraron que no matarían al niño debido a su corta edad”, añadió Livaniel.
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Los residentes de la UPI intentaron calmar la situación, pero la actitud de los sujetos se tornó aún más amenazante.
“Algunos de esos individuos sacaron armas y nos advirtieron que si encontraban a la persona que acusaban del robo, la matarían. No mencionaron de qué barrio provenían, pero sí nos dijeron que no debíamos salir después de las 6 de la tarde o nos matarían. Tenemos miedo porque estamos desplazados y ya hemos recibido amenazas similares en el pasado. Tememos por nuestras vidas, porque siempre buscan al líder de la comunidad. Ya no puedo caminar con tranquilidad. Espero que nos brinden protección a mí y a la comunidad entera”, concluyó el líder indígena, visiblemente preocupado.
Lo que dijo el Distrito
El secretario de Gobierno, Gustavo Quintero Ardila, expresó el compromiso del Distrito en brindar una atención integral a esta comunidad, priorizando la dignidad humana y la atención a la primera infancia. Se destacó la importancia de establecer un marco legal que defina las responsabilidades del gobierno nacional y distrital, con el fin de resolver la situación de los Emberá en la ciudad.
Entre los acuerdos alcanzados se encuentran:
- Organizar una mesa de coordinación semanal, liderada por la Unidad para las Víctimas y el Ministerio del Interior, para planificar la atención a la comunidad Emberá.
- Las entidades participantes en las reuniones deben contar con cronogramas de acciones definidas y presupuesto asignado, especialmente en temas de retorno, territorios de acogida y reubicación.
- Se ratifica el liderazgo institucional de Patricia Tobón, directora de la Unidad para las Víctimas, en el plan de vida de las comunidades retornadas, con el respaldo del Ministerio del Interior.
- Se presentarán a las comunidades Emberá las rutas y planes de trabajo acordados entre el gobierno nacional y distrital.
- El Distrito enviará la información de caracterización de la población Emberá a la Unidad para las Víctimas, con el objetivo de establecer, consolidar y unificar a la comunidad.
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