Nicolás Aldana Piña, de 24 años, fue asesinado por dos sicarios que se movilizaban en bicicleta y que lo abordaron cuando se encontraba sentado en una banca de un parque del barrio Dindalito, de la localidad de Kennedy.
Como si fuera un día cualquiera, varios niños estaban jugando en el parque popularmente conocido como Millonarios, pasando sin inmutarse por el lado de un enorme charco de sangre que delineaba la tragedia ocurrida pocas horas antes en este lugar de juegos infantiles, en el barrio Dindalito (Kennedy), donde la violencia está tan normalizada que incluso los niños juegan junto a las tragedias de sus vecinos, como si fuera una escena común en este peligroso sector del sur de la ciudad.
En el Parque de la Calle 42A Sur con Carrera 99C Bis, un joven de aproximadamente 24 años recibió un disparo mortal el pasado domingo alrededor de las 7:40 P.M. mientras estaba sentado en la silla que solía frecuentar. Este joven era vecino y residente del barrio, donde creció y perdió la vida a temprana edad.
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“Escuché dos disparos anoche antes de darme cuenta de que habían matado al muchacho, pero sinceramente pensé que era pólvora. Como los tiros también son comunes aquí, no me asusté. Solo cuando dijeron que habían matado al chico que veía pasar todos los días, me di cuenta de lo malo que era, porque era una persona muy buena”, relató un comerciante del sector.
Aterrador crimen:
La noche antepasada, Nicolás Aldana Piña llegó al parque cercano a su vivienda, como solía hacerlo. Llegaba a este lugar a descansar después de sus jornadas de trabajo. Sin embargo, esta vez no duró más de 10 minutos antes de ser abordado por dos sujetos que, aprovechando la oscuridad de la noche, se acercaron casi imperceptiblemente a su víctima antes de atacarlo. Los dos agresores se movilizaban en bicicletas y llegaron hasta el centro del parque, que casualmente estaba desierto para esta fatal velada.
Fue en ese momento preciso que los dos sicarios se acercaron con toda la cautela y la pasividad de consumados asesinos hasta el joven, que estaba sentado tranquilamente. En ese instante, uno de ellos accionó su arma en dos ocasiones, hiriendo a Nicolás en una de ellas. Mientras tanto, los dos agresores escaparon sin dejar rastro por las estrechas calles del barrio, mientras los curiosos comenzaban a llenar el lugar donde yacía agonizante Nicolás.
Minutos después, un vecino que reconoció al muchacho salió corriendo en busca de ayuda para el moribundo. Fue entonces cuando vio a unos policías que pasaban por el sector y les alertó para que intentaran salvar la vida del joven. Los oficiales intentaron salvarlo transportándolo rápidamente al hospital de Kennedy, donde falleció momentos después de ingresar a sala de urgencias. La bala que recibió se alojó en la parte trasera de su cabeza, causando que este joven muriera desangrado mientras luchaba después de este cobarde y vil ataque. En este momento, se desconocen los motivos del ataque, aunque según las autoridades, podría estar relacionado con un ajuste de cuentas.
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