Conozca sobre los más insólitos y perturbadores casos de venta de órganos.
Alrededor del mundo se han conocido historias que impactan a las personas por lo terroríficas que son, pero no necesariamente por tratarse de casos paranormales, sino relatos que exponen una problemática a nivel mundial que para algunos simplemente es un mito. Aunque en diferentes países nieguen la existencia de bandas que se encargan de la venta de órganos, hay quienes creen que la realidad es otra.
A lo largo de muchos años han salido a la luz historias de personas que trafican órganos y restos de cadáveres, así como otros cuentan que existe todo un mercado ilegal, también conocido como mercado ‘negro’, que se encarga de raptar personas para vender sus órganos. Algunos de esos sucesos se centran en nuestro continente.
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El enfermero mexicano
José Alberto trabajaba en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Chihuahua, como enfermero auxiliar, sin embargo tenía grandes conexiones con el sindicato de la institución, lo que le permitía cometer sus crímenes. Se aprovechaba de su influencia para vender órganos a los pacientes que eran capaces de pagarle la suma que exigía.
Una de las personas que accedió al ‘servicio’ de José fue Diego Romero, quien padecía de diabetes y necesitaba un transplante de riñón. Diego le pagó una jugosa cantidad al enfermero, quien le prometió que tendría pronto su nuevo riñón, pero nunca llegó.
Romero esperó por mucho tiempo y un día junto a su familia citaron al enfermero a su casa para conocer el porqué de la demora, pero José, sin ningún remordimiento, mató a uno por uno hasta acabar con cinco miembros de la familia.
Y así como Diego, hubo varias víctimas por parte del enfermero.
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Los mercaderes de niños
En una fría noche de agosto de 1991 en Colombia, un campesino se encontraba caminando por la carretera hacia Soacha, cuando halló el cuerpo de un niño al lado de un canal de aguas negras. Para verificar lo que sus ojos habían visto, el hombre se acercó a revisar el cuerpo y vio colgar del cuello del infante un letrero que lo horrorizó, pues se podía leer “gracias por su donación”.
La despiadada burla traía consigo un billete de mil.
Aunque el ICBF se negó a creer semejante historia, la realidad los golpeó cuando el forense del hospital local examinó el cadáver y comprobó que le faltaban los ojos, el médico por el caso firmó el acta de defunción de la víctima, un infante de 5 años que quedó registrado como N.N.
El terror de Harvard
Cedric Lodge, exdirector de la morgue de la Facultad de Medicina de Harvard, fue acusado de traficar órganos y partes humanas que estaban destinadas a ser utilizadas para investigaciones. El director vendía los órganos en un mercado ilegal entre los años 2018 y 2022, los cuales pertenecían a personas que donaron sus cuerpos para “investigación médica y educación antes de sus cremaciones”.
Al parecer, Cedric permitía a dos personas más ingresar a la morgue para que eligieran cuáles iban a ser más “apetecidos” por sus clientes. El director vendía la piel humana a otro sujeto, quien después la convertía en cuero para obtener un mayor porcentaje.
Pero la morgue de Harvard no era el único lugar de donde conseguían los órganos, pues también robaban los restos de los cuerpos de una funeraria de Arkansas. En algunas ocasiones también vendían cuerpos de bebés fallecidos prematuramente.
Del mito a la realidad
Aunque hay quienes consideran que no existe el tráfico de órganos, haciendo referencia al robo y secuestro de personas (de los cuales no existen pruebas contundentes de dicha red), el mercado ilegal es una problemática con la que conviven muchos países y Costa Rica es uno de ellos, donde el crimen organizado de venta de órganos está bien constituido.
Uno de los casos más sonados es el de una pareja de costarricenses que fue detenida en el aeropuerto de Tel Aviv. La pareja confesó, bajo declaración jurada, que se encontraba en Israel porque le habían ofrecido US$20.000 por el riñón izquierdo de la mujer.
Habían sido reclutados por un médico en un hospital estatal costarricense. Muchas personas venden sus órganos de forma ilegal por necesidad, pero no todos reciben la suma completa que les prometieron.
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