Tómate un tiempo para reflexionar y mantener la calma.

Esa escarcha, formada por el frío nocturno, la misma que se condensa formando una gota en la tierra o en la hierba, suele llamarse “rocío”. Y ese proceso, a nivel espiritual, refleja serenidad.

Ese instante de tranquilidad, esa gota que danza, tiene el don de acariciar el alma y de deleitar los sentidos.

Hoy día, por nuestras agendas apretadas y con la excusa de que “no hay tiempo para nada”, difícilmente logramos hacer una pausa para sumergirnos en la apacibilidad.

Es una pena que eso pase, entre otras cosas, porque la serenidad es el mejor antídoto para contrarrestar las afugias de la vida diaria.

Pase lo que le pase, usted debe procurar que las experiencias difíciles que afronte, en lugar de llevarlo al desespero, se conviertan en aprendizajes, permitiendo que su alma se fortalezca y crezca.

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En ese sentido, fluya con los cambios de la vida sin aferrarse a las situaciones ni apegarse a los resultados, permitiendo que la paz interior prevalezca.

Procure asumir su entorno con armonía y, en la medida de lo
posible, evite amargarse por los momentos desafiantes por los que atraviese.

Si persiste en atarse a sus preocupaciones, sólo logrará prolongar sus temores y frustrarse aún más. Recuerde que todo tiene su tiempo y, aunque no lo crea, les encontrará las soluciones a esos asuntos que siempre le han parecido complicados.

No le estoy diciendo que se quede con los brazos cruzados; sólo intento recomendarle que actúe con prudencia, sin adelantarse a los acontecimientos. Mejor dicho: avance con tranquilidad y se sorprenderá gratamente de los resultados.

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Recuerde además que una forma inteligente y espiritual de vivir implica convertir cada amanecer en un agradable viaje, en lugar de un camino tortuoso.

En circunstancias difíciles, no se apresure a tomar decisiones hasta tanto esté sereno y tenga claro qué es lo que realmente quiere o qué es lo que más le conviene.

Reflexione profundamente para aclarar sus ideas y descubra qué es lo más importante en cada circunstancia.

Si mantiene su mente libre de tensiones y se enfoca en lo verdaderamente esencial, podrá ser un gran apoyo tanto para usted mismo como para quienes lo rodean.

Dedíquese tiempo y reflexione sobre lo que quiere hacer con su cotidianidad.

Unas horas de recreación saludable le permitirán recargar energías y encontrar claridad mental. ¡Hágame caso!  Le envío una buena vibra y que Dios lo bendiga en todo momento.

Reflexiones cortas

¿Es de los que vive trabajando a toda hora y no tiene ni un respiro? Nunca esté tan ocupado ganándose la vida, al punto de que se olvide de vivir. Tenga mucho cuidado con el vacío que suele darse en todos los ‘adictos’ a la oficina. Permítase tener días ‘malos’, cometer errores, disfrutar de ese manjar que tanto le gusta, cambiar de rumbo e incluso ‘tirar locha’. La vida no es cuadriculada, ni tiene porqué seguir un libreto rígido o  escueto. ¡Decida ser feliz de una vez por todas! La palabra “imposible” significa que, por ahora, no ha encontrado la forma de hacerlo; sin embargo, si persevera, si se tiene fe y si le pide la bendición a Dios, le encontrará la salida a todo. No se quede atornillado en esa palabra,
haga que las cosas sean posibles.

Redacción: EUCLIDES KILÔ ARDILA

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