En Colombia son muchas las víctimas producto de la violencia y la guerra; y entre ellas están las silenciosas víctimas del narcotráfico, alguna de ellas inocentes, como es el caso de Yaneth Valderrama, una campesina que murió por envenenamiento con glifosato.
A través de este caso, el Centro de Derechos Reproductivos y Conde Abogados llevaron un litigio contra el Estado, el cual llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) las observaciones de fondo para el estudio del caso. Este se convierte en el primer caso de violencia reproductiva asociada al polémico herbicida utilizado para matar los cultivos de coca y marihuana, el cual acaba de ser retratado en una novela gráfica, una forma de sensibilizar a los colombianos.
Una historia desgarradora
A través de la novela gráfica ‘Una lucha por la vida’ (disponible aquí) se cuenta la historia de Yaneth Valderrama, una joven de 27 años que en 1998 tenía cuatro meses de su tercer embarazo. Vivía con su esposo, Iván, y sus hijas, Claudia y Érika, en Solita (Caquetá). Su esposo tuvo que recordar con dolor ese 28 de septiembre, cuando empezó la desgracia de Yaneth mientras lavaba ropa en la quebrada y una avioneta de la Policía la bañó en el químico.
Esa misma noche perdió su embarazo y vivió una agonía durante seis meses, hasta que su vida se apagó por completo.
La lucha de Iván
Solo hasta el año 2000 Iván pudo conseguir el apoyo de Conde Abogados para denunciar la muerte de su esposa ante organismos internacionales. Según Carolina Trejo, del Centro de Derechos Reproductivos, “a Iván le pedían coordenadas del lugar de la aspersión y pruebas médicas que relacionaran al glifosato con la muerte de Yaneth, pruebas costosas o difíciles de conseguir para población vulnerable”.
Ahora, con la novela gráfica esperan que se llegue a decisiones para que el Gobierno frene la aspersión. En el momento se han impreso 500 ejemplares que se entregaron gratis en zonas recónditas del país.
¿Por qué novela gráfica?
Carolina Trejos, directora del Centro de Derechos Reproductivos, explica que el deseo fue hacer algo muy pedagógico, especialmente para que menores de edad pudieran sensibilizarse sobre los efectos nocivos del glifosato no solo en los campesinos, sino en sus cultivos de comida y el agua que utilizan.
“Nos interesa también hacer visible que el glifosato genera abortos y otras enfermedades reproductivas”. La novela fue ilustrada por Click Clack y la artista Liliana Bello.
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