Sandra del Pilar, una mujer de 52 años que se encuentra recluida en la cárcel de El Buen Pastor, tendrá que pagar una condena de hasta 14 años por comerse un pollo asado que no pagó.
Según cuenta la mujer, en hechos pasados ella se llevó el pollo asado de un almacén para dárselo a su hijo, quien se desmayó por hambre en la escuela. Fue en ese momento cuando los guardas de seguridad se percataron del robo de la comida y dieron aviso a la Policía.
“Me llaman del colegio del niño a decirme que se había desmayado, y yo sé que él se desmayó por hambre (…) Me llevan a la parte de seguridad, llega la Policía y me dicen que me tengo que ir para la unidad de Paloquemao”, dijo Sandra.
Al poco tiempo, Sandra quedo en libertad y agradecida por la segunda oportunidad, decidió trabajar muy duro hasta que su situación económica fue mejorando.
Por varios meses se dedicó a la venta de empanadas, desayunos y almuerzo en el sector de Mazurén. Un día que parecía rutinario, Sandra se encontraba con su esposo cuando de repente llegó un agente de la Policía, le pidió la cédula y le dio la terrible e inesperada noticia de su condena por el delito del pasado: haberse llevado el pollo sin haberlo cancelado.
“El agente me dice: ‘doña Sandra, permítame la cédula’, después de verla me comenta ‘póngase un saco, unos zapatos, porque nos vamos. Tenía un llamado de 13 años y 8 meses'”, contó Sandra.
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A Sandra le imputaron los cargos por haber utilizado a menores de edad al momento del robo, y ahora tendrá que pagar la pena de 14 años en prisión.
Dentro de la cárcel, se ha desempeñado como profesora y ahora es representante de derechos humanos. Sin embargo, mantiene latente el deseo de volver a reunirse con su familia.
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