Tras una confirmación del también exciclista, Víctor Hugo Peña, se conoció la triste noticia del fallecimiento de Severo Hernández, un ciclista santandereano recordado por participar en los Juegos Olímpicos y eventos internacionales en la década de los años 60.
“Don Severo Hernández Tarazona se acaba de adelantar en el camino. Un abrazo fraternal a su familia. El primer santandereano en unos juegos olímpicos (1968) dueño de un palmarés envidiable , pionero del ciclismo de Santander, gran señor y mejor persona. Q.E.P.D.”, consignó Peña.
Aunque todavía no se conocen más detalles sobre el motivo de su fallecimiento, varias personas recordaron la impresionante labor que el ‘Verraco de Gauca’ había logrado en décadas anteriores.
Don Severo Hernandez Tarazona se acaba de adelantar en el camino.
— Victor Hugo Pena/ OLY (@victorhugopenag) April 15, 2022
Un abrazo fraternal a su familia.
El primer santandereano en unos juegos olimpicos (1968) dueño de un palmares enviadiable ,pionero del ciclismo de Santander,gran señor y mejor persona.
Q.E.P.D.🙏 pic.twitter.com/eidCadY4x6
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El mensajero más rápido
En la década de 1950, la población búcara crecía considerablemente por los desplazamientos forzados producto de la violencia, el Atlético Bucaramanga daba sus primeros pasos en el fútbol profesional, la UIS también iniciaba labores con las carreras de ingenierías eléctrica, mecánica y química, y Severo Hernández se daba ‘severos porrazos’ aprendiendo a montar en una bicicleta prestada, en una tarde deportiva con la Concentración Camacho Carreño.
Fueron sus primeros acercamientos con el deporte de las bielas y los pedales. Al poco tiempo, su padre le compró una bicicleta para que no llegara tan tarde a la casa, porque en el día trabajaba en una tienda y en la noche estudiaba.
Esa misma ‘bici’, de placas 2542, le sirvió para trabajar de mensajero en el depósito de drogas de Alfonso Riascos y repartiendo cartas. Así, como quien no quiere la cosa, empezaron las primeras competencias, porque se ‘picaban’ con los otros compañeros para ver quién hacía más rápido los recorridos. Y no había nada qué hacer con las delgadas, pero potentes piernas de Severo.
Y en esa misma bicicleta, de la que queda una foto colgada en la pared de su casa, que señala con la mano derecha que empuñaba para celebrar los triunfos, le dio la primera alegría cuando se inscribió en una competencia local, la ‘Doble a Piedecuesta’, y para sorpresa de todos, ganó.
Con profundo dolor le cuento a los Santanderenaos que nuestra leyenda del Ciclismo Severo Hernández a fallecido. Querido tío gracias por ser ejemplo de superación y verraquera. Tu nombre quedará en la historia y en nuestros corazones. Te amamos mucho❤️🚴 pic.twitter.com/ipS2Ub8xeq
— Felipe Hernández 🚩 (@FelipeHernand3z) April 15, 2022
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Con su hermano Leónidas compartía el gusto por el ciclismo. Con él, veían pasar a los ciclistas de la naciente Vuelta a Colombia y escuchaban los relatos radiales de las hazañas de Efraín Forero y Ramón Hoyos, los primeros vencedores de la histórica carrera nacional.
Sus logros
Para medir la dimensión de Severo Hernández en el ciclismo, es suficiente con repasar algunas de sus actuaciones.
Fue el primer santandereano en ganar una etapa de la Vuelta a Colombia, el primer santandereano en competir en unos Juegos Olímpicos y el primer santandereano en salir del país para correr en competencias internacionales: Juegos Bolivarianos, Campeonatos Mundiales, Vueltas a México y a Táchira, entre otros.
Para asistir a su primera Vuelta a Colombia, en 1962, le costó más de lo esperado. Además de ganarse el cupo en los exigentes chequeos locales, debió organizar fiestas en su casa para recolectar los fondos suficientes, cualquier parecido con la realidad actual de nuestros deportistas, es pura coincidencia.
Sus gestas sobre la bicicleta provocaron que Alberto Piedrahíta Pacheco lo llamara ‘El Grande de Bucaramanga’ y Carlos Arturo Rueda C. lo nombró ‘El Leopardo de Santander’.
Pero Mike Forero Nougués, periodista santandereano, lo denominó ‘El Verraco de Guaca’ y fue el remoquete que más le gustó, porque resume sus orígenes y lo que tuvo que luchar en cada etapa de su vida.
Corrió al lado de y para él, el más grande ciclista que vio, su compadre Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez, con quien integró el equipo de persecución en el ciclismo de pista de los Juegos Olímpicos de México 1968.
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Al lado de ‘Cochise’ también corrió en varias carreras y disputó muchas etapas, como la que transcurrió de Pamplona a Bucaramanga en la Vuelta de 1965, en la que Hernández mostró su destreza en el descenso para despegarse del grupo y aunque ‘Cochise’ le recortó diferencia en la llegada al estadio Alfonso López, no logró ‘cazar al Leopardo’.
O en la Vuelta al Táchira de 1968, en la que ‘Cochise’ finalizó primero y Severo segundo. Justamente ese fue el único trofeo que no le robaron.
Redacción Colprensa y Q’hubo Bogotá
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