En el momento en que Juan Pablo Rocha Murcia se despidió de un amigo con el que había estado departiendo por unos minutos en una esquina del barrio San Carlos, en el municipio de Zipaquirá (Cundinamarca), un sujeto se le acercó y, sin mediar palabra, le disparó.
Los dos tiros que recibió Juan Pablo en la cabeza y el pecho bastaron para que su corazón dejara de latir y su vida quedara sobre el asfalto, en medio de la oscuridad y la penumbra de una calle poco transitada. Los vecinos fueron quienes se percataron de lo ocurrido al escuchar los disparos, por lo que llamaron a las autoridades para reportarles lo sucedido, luego de que observaran al joven tendido en el suelo, bocabajo y con lago hemático a su alrededor.
“Nos reporta el hecho un vecino que escucha los disparos y cuando se asoma, solo ve que había una persona en el suelo. Cuando la patrulla llegó al lugar, ya el joven estaba sin signos vitales, entonces procedieron a acordonar y esperar a que llegaran a realizar la inspección del cuerpo.
Eran aproximadamente las 9 de la noche”, le reveló a Q’HUBO la policía del municipio. Del homicida no se sabe mnada, pues huyó del lugar de los hechos corriendo y se subió a una motocicleta que lo estaba esperando a pocos metros. Según se pudo conocer por parte de las autoridades, la huida del verdugo y su cómplice quedó registrada en los videos de las cámaras de seguridad.
Dos tiros en el andén Cuando el reloj marcaba las 9 de la noche de este viernes y Juan Pablo llegó a la Carrera 16 con Calle 15 y se encontró con un amigo, se saludaron y prendieron un cigarrillo. Dicen que duraron juntos máximo 15 minutos, cuando este se despidió y dejó al joven de 27 años solo.
En ese momento eran las 9:20 de la noche. Juan Pablo estaba solo en esa esquina y como si su verdugo lo estuviera observando desde hacía mucho tiempo esperando el momento propicio para arrebatarle la vida, se le acercó sin mediar palabra ni levantar sospechas, cuando lo tuvo cerca sacó el arma de fuego y le disparó.
“No se escuchó ninguna pelea ni nada, solo fueron los disparos y ya. El difunto era conocido en este barrio, o por lo menos ya lo habían visto en otras oportunidades. Se rumora que ya había recibido amenazas y que sus homicidas lo venían siguiendo para asesinarlo”, manifestó una
persona que conoció el caso.
Las autoridades se encuentran investigando si al occiso le tendieron una trampa para asesinarlo y su amigo tuvo que ver, o si por el contrario ya venían pisándole los talones desde hace varias horas.
Redacción Q´Hubo Bogotá
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