“No me dejes ¡no te me vayas! ¡Por favor! ¡Tú puedes!”, lloraba la esposa de ‘Moquis’, como conocían al mecánico José del Carmen Abril, viéndolo en el suelo luego de un grave accidente que acababa de tener su marido a una cuadra del taller en el que había trabajado por más de 35 años. Fueron momentos dramáticos: a José lo intentaron salvar durante intensos minutos, incluso llegaron a reanimarlo, pero al final el hombre falleció, dejando un inmenso vacío entre sus colegas y familiares.

La tragedia de José ocurrió pasadas las 11 de la mañana del jueves en el barrio La Favorita, zona característica por albergar todo tipo de talleres. A las 8 de la mañana había llegado ‘Moquis’, como le decían de cariño desde que era niño, al taller de motos en el que trabajaba.
Apenas llegó se puso hablar con un compañero sobre la vida y en medio de sus charlas el mecánico le dijo a su querido colega: “estoy ahorrando plata para llevar a los chinos a conocer el mar”, recordó el mecánico asistente, sin imaginar que horas más tarde lloraría a ‘Moquis’ en la cuadra de al lado.

La desdicha de ‘Moquis’

Seis días a la semana, José camellaba arduamente en su local ubicado sobre la Carrera 16 con Calle 16; su esposa también trabaja allí. Al momento del incidente se encontraba arreglando una pequeña moto para un cliente.

“El señor le pidió que probara la moto porque decía que la sentía corta de fuerza, cosa muy normal que todos hacemos aquí y que él hizo durante años. Él salió con la motico y se fue por esta cuadra; en el video que quedó del suceso pareciera que todo estuviera ‘planillado’, se cayó justo al frente de un camión que pasaba y que iba a menos de 20 kilómetros por hora”, narró ayer a Q’HUBO un compañero de ‘Moquis’.

¿Qué hubiera pasado si…?

Cuando el camión arrolló a José, el conductor se bajó y no dejaba de cogerse la cabeza. Al mecánico lograron reanimarlo a pesar de que, dicen, los paramédicos de la ambulancia lo declararon muerto.

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“Lo que más nos da tristeza fue la actitud de los tipos de la ambulancia. La mujer de José no dejaba de llorar, pedir ayuda y decirle que él podía, que no la dejara sola. Ellos llegaron y de una dijeron que ya estaba muerto; lo dejaron ahí tirado. Luego llegaron los bomberos y a esos manes sí me les quito el sombrero. Se bajaron y comenzaron a reanimarlo, sacaron un aparato y lograron devolverle el pulso, él empezó a reaccionar y se lo llevaron a la Clínica San Francisco de Asís, donde finalmente murió”, recordó ayer con los ojos lagrimosos su compañero.

Entre risas y una que otra lágrima de dolor, sus colegas recordaron que José llegó hace muchos años de Soatá, Boyacá, hizo su familia y desde toda la vida le llamaban ‘Moquis’ porque una tía decía que José andaba con los mocos al aire de pequeño. En los últimos tiempos vivía en el barrioSan Blas de San Cristóbal. “Moquis era un experto en motos, él podía desarmar y volver armar cualquier moto, decía que desde los 10 años sabía conducirlas.

Es impresionante cuando nos dijeron lo que había pasado”, añadió otro colega del mecánico.
‘Moquis’ tenía tres hijos: un muchacho adolescente, una pequeña niña y un bebé de poco más de un año, a quienes quería llevar a conocer el mar. Sus colegas no imaginan lo que será superar esta pérdida: “Uno pasa todos los días por donde fue el accidente y !No mano! Eso va hacer muy difícil de superar, era una belleza de man, sencillo, servicial, nos va hacer mucha falta”, cerraron sus colegas.

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