La tarde de este martes la Cancillería colombiana en México confirmó que entre las 39 víctimas mortales que dejó el incendio ocurrido en un centro de migración ubicado en Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, se encontraba Julián David Villamil Arévalo, joven colombiano residente en Bogotá que falleció mientras trataba de cruzar la frontera para llegar a los Estados Unidos. El joven emprendió una larga travesía en compañía de su novia a la que el lamentable incendio puso punto final.
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El viaje a México…
Julián viajó a México en agosto del año pasado en compañía de Valentina Soto, su pareja y compañera de travesía. En entrevista a Caracol Radio, la joven detalló las circunstancias que antecedieron al lamentable final. “Julián y yo viajamos juntos por migración a Estados Unidos, hicimos un viaje a México que casi duró un mes, pasamos la frontera juntos y en Migración nos separan. A él lo deportaron e ingresé solo yo a Estados Unidos”, aseguró la joven en entrevista.
Ingresar al país del Tío Sam era el sueño de los jóvenes para ayudar a sus familias y asegurarse un futuro con más oportunidades, tal y como sucede con cientos de jóvenes latinoamericanos que comparten el mismo sueño que motivaba a Julián dadas las precarias situaciones que, además de circunstancias políticas, hermanan a los países de Centro y Suramérica.
Por eso Villamil Arévalo persistió y la deportación no fue un problema. El joven retornó al país y de inmediato se puso a trabajar y recaudó el dinero suficiente para reintentarlo. El 7 de febrero viajó a México, se hospedó aproximadamente un mes en la capital del país azteca para finalmente comenzar el recorrido hacia Ciudad Juárez, uno de los puntos neurálgicos de la basta frontera que comparten Estados Unidos y México.
¿Qué pasó?
El plan era cruzar la frontera apoyado por los ‘coyotes’ (remoquete con el que se conoce a las personas que ayudan a cruzar la frontera a las personas que no tienen estatus legal) y llegar hasta la ciudad de El Paso, en territorio gringo. Los planes no funcionaron y Julián fue retenido por autoridades de Migración que lo llevaron al Instituto Nacional de Migración donde fallecería a causa del voraz incendio sucedido la noche de este lunes en el que 39 personas perdieron la vida; además de Julián, ciudadanos ecuatorianos, salvadoreños, venezolanos, guatemaltecos y hondureños.
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Al parecer, el incendio fue provocado al interior de las celdas por las personas que allí se encontraban. El escándalo, que ha escalado a nivel mundial, radica en los videos que se conocieron donde se ve a guardias de seguridad del lugar que salen de la zona de las llamas negándose a abrir las celdas para que los migrantes pudieran salir. Al decir de la joven pareja de Julián: “A ellos los mataron, no tuvieron piedad con ellos”.
Se la ‘guerreaba’ en Corabastos
De acuerdo con Viviana, ella y Julián junto a varios miembros de la familia de él trabajaron en Corabastos “en lo que les saliera” con el fin de recaudar el dinero suficiente para costear los viajes. Y así fue: cargando bultos de papa y lavando baños de la central de abastos, entre otras labores, se hicieron los pesos suficientes, unos $30 millones, para emprender la travesía. Con la tragedia que supone la pérdida de Julián su familia quedó en una situación económica compleja que no les ha permitido poder viajar a realizar los trámites correspondientes para repatriar el cuerpo.
Al cierre de esta edición aún se desconocía la respuesta del gobierno nacional al pedido de la madre y el hermano del joven para la expedición de una visa humanitaria para poder llegar al sitio y hacer los papeleos necesarios para poder darle sepultura a su ser querido.
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