La noche de este lunes festivo se presentó una masacre al interior de una vivienda en el barrio Caracolí, en Ciudad Bolívar: cuatro personas fueron vilmente torturadas y asesinadas.
Por el simple hecho de no escuchar disparos, los habitantes del barrio Caracolí (Ciudad Bolívar) no sospecharon que al interior de una de las viviendas de la zona se estaba cometiendo una masacre en la noche de este lunes festivo, que dejó un saldo de cuatro inquilinos muertos: tres hombres y una mujer.
Sin embargo, algunos ruidos extraños que escucharon los vecinos que viven cerca a la casa donde se presentaron los hechos fueron los que provocaron que la ciudadanía alertara a la Policía, y esto desencadenó la llegada de varios uniformados hasta la Calle 77 Sur con Carrera 71, donde ayer aún quedaban rastros de sangre de las víctimas, quienes habrían sido golpeadas antes de ser ejecutadas por los delincuentes, de los cuales hoy es un misterio su paradero, puesto que nadie en el barrio escuchó algún ruido extraño que pudiera indicar la presencia de intrusos por la zona, que se encuentra ubicada en la mitad de una pendiente de un estrecho callejón destapado, por el cual caía aún el agua manchada con la sangre de los occisos.
Como le aseguró uno de los comerciantes del barrio a Q’HUBO, pasadas las 8:00 p.m. del lunes su familiar le contó que “afuera estaba lleno de policías”, y en el momento en que se asomaron a revisar qué era lo que había ocurrido, “cuando miré hacia arriba vi que estaban poniendo la cinta amarilla. Yo le dije a mi hija: ‘¡hay un muerto!’, porque desde que estén colocando la cinta amarilla es por algo”.
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Al principio, muchos en el barrio pensaron que el dueño de la casa era quien se encontraba entre los muertos, pero con el paso de los minutos el rumor se esparció con el voz a voz y se confirmó que “habían encontrado muertos a los cuatro inquilinos” de la casa. El propietario fue el que llegó junto a los policías para abrir la puerta y se encontraron de frente con una escena de terror, pues los cuatro cuerpos estaban amordazados y yacían en el suelo en medio de lago hemático, producto de los impactos con arma de fuego.
Dos de las víctimas, quienes eran pareja, fueron identificados como Gledys Fuentes y Mario Rendón, mientras que los otros dos occisos no fueron identificados y se estima que sus edades rondarían entre los 25 y los 35 años. Dicen que varios de ellos tendría antecedentes penales.
“De la pareja sabemos que vivía hace como dos años en la casa, y algunas veces el señor venía a realizar comprar”, agregó el vecino, quien contó que Rendón trabajaba como mecánico de tractomulas.
Los hechos quedaron en poder de la Fiscalía, que activó el grupo de homicidios delictivos y adicional a esto “destacó un equipo de fiscales e investigadores adscritos al Cuerpo Técnico de Investigación para adelantar las acciones investigativas e identificar quién o quiénes estarían detrás de estos hechos y poder esclarecer el caso”, destacó el ente acusador a través de su cuenta de X.
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