Faltaban pocos minutos para que el reloj marcara las 7 de la noche del pasado jueves. En una zona del barrio Santa Fe, ubicada al respaldo del Cementerio Central, un hombre de 62 años, reconocido reciclador y sobandero del sector, fue asesinado en medio de un ataque a mano armada perpetrado por un sujeto que logró escapar impune. En el hecho, otro sujeto resultó herido y hoy se recupera en un centro asistencial.

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Los hechos…

“Pasó un tipo caminando, disparó contra los compañeros y salió a correr. Como una cuadra más adelante lo estaba esperando una moto, el tipo se subió y se perdieron. Yo estaba muy cerca y fui quien lo auxilió. Cuando vi que tenía la herida en la cabeza, de una conseguí un carro y lo llevé hasta el CAMI de acá, del Samper Mendoza, pero pese a que entró con vida, murió cuando lo iban a atender. Las heridas eran muy graves, sí, pero la atención fue pésima. El doctor estaba más preocupado por discutir con un paciente, que en atender a mi amigo. Me tocó pararme al frente de él y decirle que por favor dejara de pelear y les parara bolas a los pacientes”, le contó sobre la mañana de ayer a Q’HUBO un amigo del ahora occiso, a quien las autoridades identificaron como Fernando Gamboa Victoria.

El ataque sucedió exactamente en la Calle 24 con Carrera 18 Bis, a las afueras de un predio en el que las personas que trabajan reciclando acopian el material que recogen durante sus recorridos y, una vez allí, se encargan de clasificar.

A las afueras de ese lugar se encontraba el señor Gamboa cuando recibió los dos disparos en la cabeza, los cuales fueron letales.

“Nosotros pensamos que el ataque no iba dirigido hacia él, porque la verdad es que él no se metía con nadie. Yo sé que en estos casos la gente siempre dice eso por la memoria del finado, pero él era muy querido por acá por eso mismo. Él trabajaba reciclando y ayudaba mucho a la gente de acá del barrio con sus dolencias, porque también era sobandero. Él sobaba desde peladitos hasta ancianos y no les cobraba un peso. Además, con la edad, él mismo decía que “ya no estaba para emproblemarse con nadie” y así vivía muy tranquilo. Por eso pensamos que la cosa no era con él, pero igual nadie sabe nada de nadie y no podemos asegurar nada”, nos contó el testigo presencial del hecho.

Las autoridades llegaron a los pocos minutos a la escena del crimen, momento en el cual Gamboa ya estaba siendo llevado por su amigo al CAI Samper Mendoza. Los uniformados se encontraron con un segundo herido que recibió un disparo y fue trasladado al hospital Santa Clara, en donde se encuentra fuera de peligro.

Del hoy occiso se sabe que tenía 62 años, era oriundo de Buenaventura(Valle del Cauca) y que había llegado a Bogotá huyendo del conflicto armado que azotaba a su región. “Al señor Gamboa lo distingo desde hace unos siete años, él llegó acá como desplazado y desde que nos distinguimos fue una persona que se preocupaba por los más jodidos del barrio, les ayudaba con lo que podía y les hacía masajes y los sobaba cuando lo necesitaban. Él tenía un hijo en Chile, al que ahora mismo estamos tratando de ubicar porque no sabemos de nadie más cercano a él. Si no encontramos al hijo, nosotros mismos, sus compañeros, vamos a enterrarlo”.

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Del asesino se sabe que iba vestido íntegramente de negro y que la ruta que utilizó para escapar ya está siendo rastreada por los investigadores a cargo. Para las autoridades el homicidio podría estar relacionado, como suele suceder en la zona, por rencillas entre bandas que se disputan el control criminal de la zona.

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