Q’HUBO le trae una reflexión para ayudarle a enfrentar los problemas.

En estos momentos usted puede estar inmerso en una continua tensión y es probable que no sepa abordar las situaciones adversas que, durante este largo tiempo de crisis, se le han venido presentando. 

Y a pesar de percibir que últimamente las cosas se le están complicando de manera desproporcionada, no se desanime. Dios no le dará más de lo que usted pueda soportar.

Incluso, si piensa que ha llegado al límite de lo que puede sobrellevar, al final siempre tendrá fuerzas para levantarse.

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Recuerde que para todos los problemas hay, al menos, una solución y tenga presente que cada dificultad que le presenta la vida le hará sacar fuerzas para recomponerse y obtener grandes enseñanzas.

Por eso si hoy pasa por una situación difícil, no levante muros ni huya: afronte la adversidad e intente vencerla. Si se niega a reconocer lo que le pasa, se estancará.

En lugar de ponerse tenso y dedicarse a esquivar la vida misma, asuma la situación de tal forma que permita que todo siga su curso natural y que las experiencias vengan a su propio ritmo.

Acepte lo que vive, enfóquese en la solución y, por supuesto, haga lo que le
corresponda. Yo sé que la situación actual es dura, pero tome las cosas con la mayor calma posible; ya que de esta manera podrá aprovechar cada cosa que deba enfrentar.

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Y para ello será clave una mayor reflexión interna. No deje que las dificultades lo aturdan más de la cuenta, porque esto lo único que hará será generarle mayores complicaciones. Si piensa con cabeza fría, podrá salir adelante.

Abra su mente para que pueda captar en su totalidad esa conciencia que necesita para enfrentar lo que está viviendo.

También déjese guiar por su intuición, ya que con ella encontrará un valioso arsenal de posibilidades, siempre dispuestas para su beneficio.

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Obviamente tiene que hacer acopio de fortaleza para no dejarse vencer por la vicisitud. Es decir, por muy compleja que esté su vida, no se puede desmoronar ni derrotarse.

También debe revivir su fe. Vuelva su atención a la búsqueda interior y a la espiritualidad para que pueda darle un sentido más profundo y pleno a su existencia y para que cada instante actúe como debe ser.

Allá, en el fondo de su conciencia, aparecerá una pequeña luz que cada vez se hará más intensa y notoria para iluminar su camino.

Además, la cercanía con Dios será el manantial que le aportará serenidad, alegría, tranquilidad y, sobre todo, paz. Y lo mejor es que con ella usted se blindará con entereza y tendrá la capacidad de discernimiento que lo podrá ayudar frente a los contratiempos que se le presenten.

¡Dios lo bendiga!

Redacción: Euclides ‘kilo’ ardila

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