Ejemplos de superación hay muchos, y Carlos Martínez protagoniza uno de ellos, pues las adversidades de la vida las ha sabido responder con entereza y hoy se ha convertido en un emprendedor que lidera una empresa textil innovadora, llamada Cannabis Fashion Nature, donde confecciona jeans con cáñamo, la fibra natural que se extrae del cannabis.
Tras caer en el consumo de las drogas, este hombre supo sobreponerse a las tentaciones y ahora está al mando de una empresa con 23 años de existencia, que se ha mantenido pese a momentos críticos como la pandemia.
Desde que tenía 16 años empezó a fabricar ropa inspirado en un jean Levi’s y una camisa leñadora de un compañero de su salón de clases, en el grado décimo del Colegio Antonio José Uribe, en el centro de Bogotá. Ambas prendas eran inalcanzables para él, debido a su difícil situación económica.
Impulsado por su espíritu emprendedor decidió vender réplicas: “Me hacía con un compañero del colegio, en andenes de San Andresito, y así comencé a hacer mi plante. En aquel momento consumía marihuana, pero luchaba por encontrar el equilibrio, tema que creo que quienes hemos vivido el mundo de las adicciones, jamás dejamos de debatir”.
“Lo cierto es que con el tiempo uno decide convertir el dolor en un analgésico. Cannabis no es solo una marca, es mi auto retrato. Los miembros del equipo que conforman esta familia, son personas en proceso de rehabilitación. Generamos empleos a personas como yo”.
Con el fin de hacer algo diferente y jugársela por la moda ecológica, decidió crear prendas de cáñamo, que suele ser tres veces más costoso que el algodón con el que se confecciona la mayoría de jeans.
Es así que con la confección artesanal-artística de sus prendas, actualmente vende entre 50 y 70 pantalones al mes. Aunque también mantiene la marca del jean tradicional, a la que le impone un sello de originalidad juvenil.
“Nosotros llegamos a tener 200 empleados, y hoy son solo 30, porque cuando replanteamos la marca decidimos vender menos y apostarle al proyecto ecológico, por eso ahora tenemos un equipo pequeño y al año por pandemia no hemos vendido más de 30 mil prendas al año”, dice Carlos.
A sus 51 años Martínez es un hombre reposado, con tres hijos, que dedica el mayor tiempo posible al diseño de nuevas prendas y a la rehabilitación de tres de sus hoy empleados. “Junto a mi socio Jaime Fernández hemos rehabilitado, así contando rápido, a 35 personas, a las cuales les tenemos seguimiento y sabemos a ciencia cierta que están muy bien”.
“Dentro de nuestros programas trabajamos mano a mano con fundaciones y habitantes de calle que deseen rehabilitarse. Ahora mismo tenemos tres chicos en proceso de rehabilitación con nosotros al ciento por ciento, y estamos en conversaciones con ‘El banquete del Bronx’ para apoyarlos. Para mí, la felicidad está en servir, y creo que quien no vino a servir, no sabe el verdadero significado de la felicidad”.
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