Propietarios que le arrendaron una vivienda a una familia extranjera en el barrio La Estrada de Engativá, están siendo increpados por un ‘gota a gota’, pues al parecer dicha familia le debe plata. Le contamos los detalles.
Dos residentes en el barrio La Estrada, de Engativá, jamás pensaron que darles posada a una familia extranjera conformada por cinco integrantes terminaría por sumirlas en la angustia y la preocupación. Un ‘gota a gota’ los ha venido increpando durante las últimas semanas, pues arrojó la tarde de este jueves una piedra hacia el segundo piso de la vivienda con un fin: que supuestamente le paguen el dinero que le debe uno de los integrantes de los inquilinos.
Decisión fatal
De acuerdo con lo que una de las afectadas le comentó a Q’HUBO, y quien reserva su identidad por seguridad, este tormento inició por culpa de una buena obra que decidió realizar la mujer al darse cuenta que por el vecindario, ubicado en la carrera 69P con calle 70, una familia se encontraba buscando hogar.
“Dieron 200 mil pesos para tomar el apartamento”, pero tiempo después “tocaba mucho trabajo para cobrarles”, aseguró una de las vecinas del barrio. Después de esto fue que comenzaron a llegar los ‘gota a gota’ a cobrar un dinero, que había solicitado uno de los extranjeros, a punta de golpes y patadas a la puerta, incluso dejando mensajes en la puerta.
Lo que más indignación le produjo a los arrendatarios fue que el inquilino sí tenía plata para abonarle al susodicho y no a la deuda del arriendo, por lo que decidieron tomar acciones con el fin que el hombre pagara el billete que les debía.
El caso llegó hasta autoridades locales y, según los documentos con los que cuentan los arrendadores, la familia tenía una orden escrita para desocupar el pasado sábado 6 de enero, pero no cumplió.
Y pese a que cuatro de los miembros dejaron la casa, el último inquilino ha sido la causa de las desgracias, puesto que según las vecinas este señor “no le importa nada, no paga, pero si sigue consumiendo servicios”. Pero esta no es la peor parte de la historia…
El ‘gota a gota’ siguió acercándose hasta la vivienda y “ahora sigue cobrando, pero el inquilino dijo que él ya había pagado y que no debía nada”, pero la realidad solo muestra que las visitas del hombre en la motocicleta no cesan, por lo que ya fue necesario hasta pedir acompañamiento por parte de la Policía.
La comunidad está a la espera de lo que suceda este fin de semana, fecha límite que tendría el arrendatario para tomar sus cosas y salir, pero como dice el dicho “hasta no ver no creer”.
Lo que más tiene a la expectativa al barrio es ver qué ocurre si el hombre se llega a ir y las visitas del ‘gota a gota’ continúan, puesto que el mismo inquilino fue protagonista de otro cobro pero en otro domicilio de la misma cuadra, por lo que ya muchos desconfían y, como concluyó la vecina, la lección en esta clase de situaciones es pensar dos veces a quien se le piensa arrendar, y si lo va a hacer, corroborar primero.
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